GILLES DELEUZE, Diálogos


(fragmentos)

El cuerpo de Spinoza
Gilles Deleuze


SOBRE SPINOZA. ¿Por qué escribir sobre Spinoza? También a hay que abordarlo por el medio y no por el primer principio distancia única para todos los atributos). El alma y el cuerpo, nadie tuvo jamás una idea tan original de la conjunción «y».

Cada individuo, alma y cuerpo, posee una infinidad de partes que le pertenecen bajo una cierta relación más o menos impuesta. Cada individuo también está compuesto de individuos de orden inferior y entra en la composición de individuos de orden superior. Todos los individuos están en la Naturaleza como en un plano de consistencia del que forman la figura completa, variable en cada momento. Y se afectan unos a otros, puesto que la relación que constituye cada uno supone un grado de fuerza, un poder de ser afectado. En el universo todo son encuentros, buenos o malos, eso depende. Adán come la manzana, ¿el fruto prohibido? No, es un fenómeno del tipo indigestión, intoxicación, envenenamiento: esa manzana podrida descompone la relación de Adán. Adán tuvo un mal encuentro. De ahí la fuerza de la pregunta de Spinoza: ¿qué puede un cuerpo?, ¿de qué afectos es capaz? Los afectos son devenires: unas veces nos debilitan, en la medida en que disminuyen nuestra potencia de obrar y descomponen nuestras relaciones (tristeza), y otras nos hacen más fuertes, en la medida en que aumenta nuestra potencia y nos hacen entrar en un individuo más amplio o superior (alegría). Spinoza no cesa de asombrarse del cuerpo. No se asombra de tener un cuerpo, sino de lo que puede el cuerpo. Y es que los cuerpos no se definen por su género o por su especie, por sus órganos y sus funciones, sino por lo que pueden, por los afectos de que son capaces, tanto en pasión como en acción. Así pues, no habréis definido un animal en tanto que no hayáis elaborado la lista de sus afectos. En ese sentido, hay más diferencias entre un caballo de carreras y un caballo de labor que entre un caballo de labor y un buey. Un lejano sucesor de Spinoza (1) dirá: mirad la garrapata, admirar esa bestia que se define por tres afectos, los únicos de los que es capaz en función de las relaciones de que está compuesta, un mundo tripolar, ¡eso es todo! Si la luz le afecta, se sube hasta la punta de una rama. Si el olor de un mamífero le afecta, se deja caer sobre él. Si los pelos le molestan, busca un lugar desprovisto de ellos para hundirse bajo la piel y chupar la sangre caliente. Ciega y sorda en ese inmenso bosque, la garrapata sólo tiene tres afectos, y el resto del tiempo puede dormir durante años mientras espera el encuentro. Y a pesar de todo, ¡qué fuerza! En último término, siempre se tienen los órganos y las funciones que corresponden a los afectos de los que se es capaz. Comenzad por los animales simples, que sólo tienen un número pequeño de afectos y que no están en nuestro mundo, ni en otro, sino con un mundo asociado que ellos han sabido cortar, recortar, volver a coser: la araña y su tela, el piojo y el cráneo, la garrapata y un trozo de piel de mamífero, ésos sí que son animales filosóficos y no el pájaro de Minerva. Y llamamos señal a lo que provoca un afecto, a lo que viene a efectuar un poder de ser afectado: la tela se mueve, el cráneo se pliega, un poco de piel se desnuda. Tan sólo unos cuantos signos como estrellas en una inmensa noche negra. Devenir‑araña, devenir-piojo, devenir‑garrapata, una vida desconocida, fuerte, obscura, obstinada.

Cuando Spinoza dice: lo asombroso es el cuerpo..., aún no sabemos lo que puede un cuerpo..., no quiere convertir el cuerpo en un modelo, y el alma en una simple dependencia del cuerpo. Su empresa es mucha más sutil. Quiere eliminar la pseudo‑superioridad del alma sobre el cuerpo. Hay el alma y el cuerpo, y los dos expresan una misma y única cosa: un atributo del cuerpo es también un sentido (exprimé) (2) del alma (por ejemplo, la velocidad). Y por la misma razón que no sabéis lo que puede un cuerpo, que hay muchas cosas en el cuerpo que desconocéis, que rebasan vuestro conocimiento, también hay en el alma muchas c osas que rebasan vuestra conciencia. Así pues, la verdadera cuestión es ésta: ¿qué puede un cuerpo?, ¿de qué afectos sois capaces? Experimentad, pero no dejéis de tener en cuenta que para experimentar hace falta mucha prudencia. Vivimos en un mundo más bien desagradable, en el que no sólo las personas, sino también los poderes establecidos, tienen interés en comunicarnos afectos tristes. La tristeza, los afectos tristes son todos aquéllos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos. El tirano, el cura, el ladrón de almas, necesitan persuadirnos de que la vida es dura y pesada. Los poderes tienen más necesidad de angustiarnos que de reprimirnos, o, como dice Virilio, de administrar y de organizar nuestros pequeños terrores íntimos. La vieja lamentación universal sobre la vida: vivir es no Ser... Y de qué sirve decir «bailemos», si en realidad no estamos alegres. Y de qué sirve decir «morirse es una desgracia», si en realidad habría que haber vivido para tener verdaderamente algo que perder. Los enfermos, del alma tanto como del cuerpo, no nos dejarán, vampiros que son, mientras que no hayan conseguido contagiarnos su neurosis, su angustia, su querida castración, su resentimiento contra la vida, su inmundo contagio. Todo es cuestión de sangre. No es fácil ser un hombre libre: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan o desarrollan un máximo de afirmación.

Convertir el cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la conciencia. El célebre primer principio de Spinoza (una sola sustancia para todos los atributos) depende de este agenciamiento, y no a la inversa. Existe un agenciamiento Spinoza: alma y cuerpo, relaciones, encuentros, capacidad de ser afectado, afectos que realizan esa capacidad, tristeza y alegría que cualifican esos afectos. Con Spinoza la filosofía se convierte en el arte de un funcionamiento, de un agenciamiento. Spinoza, el hombre de los encuentros y del devenir, el filósofo a la garrapata, Spinoza el imperceptible, siempre en el medio, siempre huyendo aunque apenas se mueva. Huyendo de la comunidad judía, huyendo de los Poderes, huyendo de los enfermos y de los venenosos. Y aunque él mismo puede llegar a enfermar, e incluso morir, sabe perfectamente que la muerte no es ni el principio ni el final, sino que tan sólo consiste en pasar su vida a otro. Lo que Lawrence dice de Whitman, ¡hasta qué punto conviene a Spinoza, es la continuación de su vida!: el Alma y el Cuerpo, y el alma no está ni encima ni dentro, está «con», está en el camino, expuesta a todos los contactos, a todos los encuentros, en compañía de todos los que siguen el mismo camino, «sentir con ellos, captar al vuelo la vibración de su alma y de su carne». Justo lo contrario de una moral de salud. Enseñar al alma a vivir su vida, no a salvarla.

Notas:

(*) Título propuesto por el seleccionador.

(1) Se trata de F. Nietzsche (N de S.R.)
(2) Para todo lo relacionado con la lógica de la expresión en Spinoza véase de G. DELEUZE Spinoza y el problema de la expresión (Muchnik Editores, Barcelona, 1975), especialmente los capítulos: Distinción numérica y distinción real, El atributo como expresión, Atributos y nombres divinos, La expresión en el paralelismo, Conclusión. (N. del T.).



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Texto extraído de "Diálogos", Claire Parnet - Gilles Deleuze, págs. 69-72, editorial Pre-textos, Valencia, España, 1980.
Edición original: Flammarion, París, 1977.
Selección y destacados: S.R.

Con-versiones, Octubre 2007



Gilles Deleuze - Claire Parnet. DIALOGOS.
Editorial Pretextos. Paris 1977, trad. 1980.

Articulo publicado por www.medicinayarte.com


Se acabaron las máquinas binarias: pregunta-respuesta, masculino-femenino, hombre-animal, etc. .....Una buena manera de leer hoy día sería tratar al libro como a una canción, ver una película, un programa de televisión; cualquier tratamiento especial del libro corresponde a otra época. Las cuestiones de dificultad o de comprensión no existen. Los conceptos son exactamente como los sonidos, los colores, las imágenes: intensidades que nos conviene o no, que pasan o no pasan. Pop'filosofía. Nada que comprender, nada que interpretar. Un encuentro quizás sea lo mismo que un devenir o que unas bodas. Encontramos personas, movimientos, identidades, ideas, acontecimientos. Y aunque todas estas cosas tengan nombre propio, el nombre propio no designa ni a una persona, ni a un sujeto. ¿Designa un efecto o un zig-zag, algo que pasa o que sucede entre dos?. Es lo mismo que con los devenires; no es que un término devenga el otro, sino que cada uno encuentra el otro, un único devenir que no es para los dos, porque nada tiene que ver el uno con el otro sino que está entre los dos, que tiene su propia dirección. Ni método, ni reglas, ni recetas, tan sólo una larga preparación. Bodas, pero no parejas ni conyugalidad. En lugar de resolver, reconocer y juzgar, hallar, encontrar y robar. Reconocer es lo contrario del encuentro. Juzgar es oficio de muchos y no es un buen oficio; no obstante es el uso que muchos hacen de la escritura. Hay toda una raza de jueces. La historia del pensamiento se confunde con la de un tribunal; pretende ser un tribunal de la razón pura o de la fe pura... Deleuze se formó con Alquié y con Hyppolite. Aprendimos una escolástica peor que la de la edad media: Hegel, Husserl y Heidegger. Por suerte existía Sartre. Este no era ni un modelo, ni un método, ni un ejemplo, un poco de aire puro, una corriente de aire fresco un intelectual que modificaba de forma singular la posición del intelectual. Por eso es estúpido preguntarse si Sartre es el comienzo o el final de algo. Está en el medio como todo creador.
La historia de la filosofía siempre ha sido el agente de poder dentro de la filosofía, e incluso dentro del pensamiento. Siempre ha jugado un papel represor. Históricamente se ha constituido una imagen del pensamiento llamada filosofía que impide que las personas piensen. La relación de la filosofía con el Estado no se debe únicamente a que la mayoría de los filósofos del pasado sean "profesores públicos". La relación viene de mas lejos y es que el pensamiento toma su imagen propiamente filosófica del estado como bella interioridad, sustancial o subjetiva. Intenta un estado propiamente espiritual, como un estado absoluto, de ahí lo de tener ideas siempre justas; de la universalidad, del método, de las preguntas y respuestas, de los juicios. Pensamiento con ministros del interior y funcionarios del pensamiento puro. La filosofía está impregnada del proyecto de convertirse en la lengua oficial de un estado puro. Así el ejercicio del pensamiento se ajusta tanto a los fines del estado real, a las significaciones dominantes, como a las exigencias del orden establecido. En la actualidad se puede decir incluso que la filosofía ha fracasado. La epistemología ha tomado el relevo de la historia de la filosofía. El marxismo esgrime un juicio de la historia y un tribunal del pueblo que son más inquietantes que los otros. El psicoanálisis se ocupa cada vez mas de la función del pensamiento y cuando se alía con la lingüística no lo hace sin motivos. Son los nuevos aparatos de poder en el pensamiento mismo. Marx, Freud y Saussure como ponen un curiosos Represor con tres cabezas, una lengua dominante mayor. Interpretar, transformar, enunciar, son las nuevas formas de ideas "justas". Incluso el marcador sintáctico de Chomsky es antes que nada un marcador de poder. El triunfo de la lingüística se ha producido en el preciso momento en que la información se desarrollaba como poder e imponía su imagen de la lengua y del pensamiento de acuerdo a al transmisión de consignas y con la organización de redundancias. No tiene sentido preguntarse si la filosofía está muerta cuando está claro que muchas otras disciplinas continúan con su función.
Comencé por la historia de la filosofía cuando aún era dominante. Prefería a aquellos autores que escapaban a la historia de la filosofía: Lucresio, Spinoza, Hume, Nitzsche, Bergson.

Segunda parte - Claire Parnet

El procedimiento de preguntas y respuestas sirve para alimentar los dualismos. Siempre hay una máquina binaria que preside la distribución de los papeles y que hace que todas las respuestas deban pasar por preguntas prefabricadas, puesto que las preguntas ya están calculadas de antemano en función de las posibles respuestas a tenor de las significaciones dominantes. Así se constituye un patrón tal que todo lo que no pase por él no puede ser oído. Aunque pensemos que uno está hablando en nombre propio siempre está hablando en nombre de otro que no podrá hablar. Uno está forzosamete atrapado, poseído o mas bien desposeído.
No es cierto que la máquina binaria exista por razones de comodidad. Se dice que la base de datos es la más fácil. Pero de hecho la máquina binaria es una pieza importante de los aparatos de poder. Se establecerán tantas dicotomías como sean necesarias para que sea clavado en la pared, metido en un agujero. Hasta los márgenes de desviación serán calculados según el procedimiento de elección binario: no eres ni blanco ni negro, ¿Serás árabe?,¿mestizo?; no eres ni hombre, ni mujer, ¿serás travesti?. Cada cual debe tener el rostro que corresponde a su papel. Nada menos personal que el rostro. Hasta el loco debe tener un rostro conforme a lo que se espera de él. El modelo de base a primer nivel es el rostro del europeo medio de hoy; a partir de ahí se determinarán por dicotomías sucesivas, todos los tipos de rostros. Si la misma lingüística procede por dicotomías (los árboles de Chomsky, en los que la máquina binaria trabaja el interior del lenguaje), si la informática procede de una sucesión de elecciones duales, la cosa no es tan inocente como podría creerse. Quizás sea que la informática es un mito y que el lenguaje no es esencialmente informativo, no es neutro, no está hecho para ser creído sino para que se le obedezca. Cuando la maestra explica una operación a los niños o cuando les enseña la sintaxis no puede decirse propiamente hablando que les dé información, les da órdenes, les transmite consignas, les obliga a producir enunciados correctos, ideas justas necesariamente conformes a las significaciones dominantes. Habría que modificar el esquema de la informática. El esquema parte de una información teórica que se supone máxima; en el otro extremo coloca el ruido como interferencia, antiinformación, y entre los dos la redundancia, que disminuye la información teórica, pero que al mismo tiempo permite vencer el ruido. Lo contrario sería: arriba, la redundancia como modo de existencia y propagación de las órdenes, (los periódicos, las noticias proceden por redundancia), abajo, la información-rostro, que correspondería al mínimo requerido para la comprensión de las órdenes; y más abajo aún algo que podría corresponder tanto al grito como al silencio, también al tartamudeo, y que sería algo así como la línea de fuga del lenguaje, hablar con su propia lengua como extranjero, hacer un uso minoritario del lenguaje....
También podría hablarse de deshacer el rostro, de hacer que el rostro escape. De todos modos si en la actualidad la lingüística y la informática desempeñan con tanta facilidad un papel de represor es porque ellas mismas funcionan como máquinas binarias en esos aparatos de poder y constituyen, mas que una ciencia pura de unidades lingüísticas y contenidos informativos abstractos, una formalización de consignas.
En Diferencia y repetición (obra de Deleuze) te referías al inventario de todas esas imágenes que proponen al pensamiento fines autónomos para mejor obligarlo a servir a fines poco confesables; todas se resumen en la consigna "tened ideas justas".
Buena voluntad del pensador que busca "la verdad". Imagen de un "sentido común" (armonía de todas las facultades de un ser pensante) luego la de reconocer, la del error y por último la imagen del saber como lugar de verdad, y la verdad como lo que sanciona respuestas y soluciones a preguntas y problemas supuestamente "dados".
Lo interesante es precisamente lo inverso:
1- Pensamientos que no procederían de una buena naturaleza y de una buena voluntad, sino que vendrían de una violencia sufrida por el pensamiento.
2- Pensamiento que no se ejercerían a través de un acuerdo sino que llevarán a cada facultad al límite de discordancia con las demás.
3- Pensamientos que no se encerrarían en el reconocimiento, sino que se abrirían a encuentros y se definirían siempre en función a un Exterior.
4- Pensamientos que no tendrían que luchar contra el error, sino que tendrían que desprenderse de un enemigo más poderoso, la tontería.
5- Pensamientos que se definirían en el movimiento de aprender y no el de saber, y que no dejarían a nadie, a ningún poder, el papel de "plantear" preguntas o de "poner" problemas.
Hablar de un autor (Foulcaut, el orden del discurso), es someter el pensamiento a una imagen y hacer de la escritura una actividad diferente de la vida, que tendría una finalidad en sí misma.
En tu trabajo con Guattari opusiste rizoma a árbol. Nos plantan árboles en la cabeza: el de la vida, el del saber, etc. Todo el mundo reclama raíces. El poder es siempre arborescente. Casi todas las disciplinas pasan por esquemas de arborescencia: la biología, la informática, la lingüística (los autómatas o sistemas centrados). Lo del árbol no es una metáfora, es todo un aparato que se planta en el pensamiento, un funcionamiento para obligarlo a ir por el buen camino, el de las ideas justas. En el árbol hay todo tipo de caracteres hay un punto de origen, germen o centro; es una máquina binaria o principio de dicotomía con sus ramas repartidas y reproducidas perpetuamente, sus puntos de arborescencia; eje de rotación que organiza los círculos alrededor del centro y las cosas en círculos; es estructura, sistema jerárquico de transmisión de órdenes, con instancia central y memoria recapituladora; hay un futuro pasado, una raíces y una copa, toda una historia, una evolución, un desarrollo o momento de desarrollo.

Diálogos 3

Pero hay multiplicidades que no dejan de desbordar las máquinas binarias y que no se dejan dicotomizar. Por todas partes hay centros como agujeros negros que no se dejan aglomerar. Líneas que no tienen que ver con el trayecto de un punto y que se escapan a la estructura. Líneas de fuga, devenires, devenires sin futuro ni pasado, sin memoria. Evoluciones no paraleleas que no proceden por diferenciación , sino que saltan de una línea a otra entre seres totalmente heterogéneos. Esto es el RIZOMA. Pensar en las cosas entre las cosas; eso es hacer rizoma y no raíz, trazar la línea y no pararse a recapitular. Crear población en un desierto y no especies y género en un bosque. Poblar sin jamás es pacificar.
Lo que cuenta es un camino, lo que cuenta es una línea nunca es ni el principio, ni el final, siempre es el medio, involucionar es decir tener un andar más sencillo, más sobrio, económico; no es lo contrario de evolucionar. El devenir consiste en involucionar. El devenir no tiene historia. Involucionar es estar entre, en el medio. Por ejemplo: los personajes de Becket están en perpetua involución. Si hay que ocultarse, si siempre hay que ponerse una máscara, no es en función de un gusto sino porque el camino no tiene ni principio ni final y hay que ocultarlos. Pero el medio no tiene nada que ver con la media. No se trata de una velocidad media. Los nómades están en el medio. No tienen historia solo tienen geografía. Epicuro, Spinoza y Nietzsche como pensadores nómades.
Félix y tú dicen que las máquinas binarias son aparatos de poder para irrumpir los devenires. ¿Pero qué creeis que hacéis sino proponer otros dualismos?. Es que en primer lugar quizás habría que decir que el lenguaje está profundamente trabajado por los dualismos, las dicotomías, los cálculos binarios. La lingüística solo encuentra en el lenguaje lo que ya había: el sistema arborescente de la jerarquía y del mando. El yo, el tú y el él pertenecen profundamente al lenguaje. Lo primero es el lenguaje, es él quien ha inventado el dualismo. Pero el culto del lenguaje, la institucionalización de la lingüística , es peor aún que la vieja ontología, de la que ha tomado el relevo. Hay que luchar contra el lenguaje, inventar el tartamudeo, para trazar una vocal o escrita que hará correr el lenguaje entre esos dualismos y que definirá un uso minoritario del lenguaje, una variación inherente como dice Labov. Lo que define la multiplicidad no son los elementos ni el conjunto sino el Y, el Y como algo que ocurre entre los elementos o entre los conjuntos. Y aunque solo haya dos términos hay un Y entre los dos, que no es ni uno ni otro, ni uno que deviene el otro, sino que constituye precisamente la multiplicidad. Siempre es posible deshacer los dualismos desde dentro trazando las líneas de fuga que pasan entre los dos términos, estrecho arroyo que no pertenece ni a uno ni a otro sino que lo arrastra a los dos en una evolución no paralela, en un devenir heterocrono. Al menos eso no tiene que ver con la dialéctica.
El estructuralismo es un sistema de puntos y posiciones, que en lugar de proceder por estallidos y crecimientos actúa por grandes cortes significantes y obstruye las líneas de fuga en lugar de continuarlas, destrazarlas, en el campo social.


Primera parte

Hay todo un sistema social que podríamos llamar sistema pared blanca - agujero negro. Siempre estamos prendidos con alfileres en la pared de las significaciones dominantes, hundidos en el agujero de nuestra subjetividad, en el agujero negro de nuestro querido Yo. Pared en la que se inscriben todas las determinaciones objetivas que nos fijan, que nos cuadriculan, que nos identifican y nos obligan a reconocer: agujero en el que habitamos con nuestra conciencia, nuestros sentimientos, nuestras pasiones, nuestros secretitos demasiado conocidos, nuestro deseo de darlos a conocer. El rostro además de ser producto de nuestro sistema, es una producción social. Ancho rostro de mejillas blancas con el agujero negro de los ojos. Nuestras sociedades tienen necesidad de producir rostro.

Segunda parte

La unidad real mínima no es la palabra, ni la idea o el concepto, ni tampoco el significante. La unidad real mínima es el agenciamiento. Siempre es un agenciamiento el que produce los enunciados. Los enunciados no tienen como causa un sujeto que actuaría como sujeto de la enunciación, ni tampoco se relacionan con los sujetos como sujetos de enunciado. El enunciado es un producto de un agenciamiento, que siempre es colectivo y que pone en juego, en nosotros y fuera de nosotros, poblaciones, multiplicidades, territorios, devenires, afectos, acontecimientos. El nombre propio no designa un sujeto, designa algo que ocurre cuando menos entre dos términos, que no son sujetos, sino agentes, elementos. Los nombres propios no son nombres de personas, son nombres de pueblos y de tribus, de faunas y de floras, de operaciones militares o de tifones, de colectivos, de sociedades anónimas y de oficinas de producción. El autor es un sujeto de enunciación, pero el escritor no, el escritor no es un autor. El escritor inventa agenciamientos a partir de agenciamientos que le han inventado, hace que una multiplicidad pase a formar parte de otra. Las estructuras....

Diálogos 4

El autor como sujeto de enunciación es fundamentalmente un espíritu. Crea un mundo pero no existe mundo alguno que espere por nosotros para ser creado. Hay que hablar con, escribir con. Es el mismo mundo el que nos tiende las dos trampas, la de la distancia y la de identificación.
La historia de la filosofía está recargada del problema del ser, del ES. Se discute sobre el juicio de atribución (el cielo es azul) y el juicio de existencia (Dios es) que a su vez supone el otro. En realidad se trata del verbo ser y de la cuestión del primer principio. No basta con crear una lógica de relaciones. Hay que ir mas lejos, hacer que el encuentro con las relaciones penetre y corrompa todo, mine el ser, lo haga bascular. Sustituir el es por el Y. A. y B. El Y ni siquiera es una relación o una conjunción particular, es lo que sustenta todas las relaciones, el camino de todas ella, lo que hace que las relaciones se escapen de sus términos y del conjunto de ellos y de todo lo que podría determinarse como ser, un todo. El Y como extra-ser inter-ser. Aún así las relaciones podrían establecerse entre sus términos, o entre dos conjuntos, de uno a otro, pero el Y da otra dirección a las relaciones y hace que los términos y los conjuntos huyan siguiendo la línea de fuga que activamente él mismo ha creado. Se trata de una multiplicidad que solo está en el Y, que no tiene la misma naturaleza que los elementos, los conjuntos e incluso sus relaciones. Y aunque pueda crearse entre dos elementos, no por ello se aparta menos del dualismo. Aparte de Sartre que permaneció a pesar de todo atrapado en las garras del ser, Jena Wahl nos permitió pensar el Y, ese tartamudeo propio del lenguaje.
SPINOZA: no quiere convertir el cuerpo en un modelo y el alma en una simple deficiencia de él. Quiere eliminar la pseudo-superioridad del alma sobre el cuerpo. Hay el alma Y el cuerpo y los dos expresan una única y misma cosa. Un atributo del cuerpo es también un sentido del alma. Enseñar al alma a vivir su vida no a salvarla.
ESTOICOS: su importancia reside en que se ha sabido marcar una línea de demarcación que no pasa por lo sensible y lo inteligible, por el alma y el cuerpo sino por donde a nadie se le había ocurrido: entre la profundidad física y la superficie metafísica. Entre las cosas y los acontecimiento. Una nueva forma de destituir el ES. El acontecimiento siempre es producido por cuerpos que chocan entre sí, se cortan o se penetran, la carne y la espada: el efecto no es del orden de los cuerpos: batalla imposible, incorporal, impenetrable que vigila su cumplimiento y domina su efectuación. Uno siempre se ha preguntado, ¿dónde está la batalla?, ¿dónde el acontecimiento? Todo acontecimiento es una llovizna. Si los infinitivos "morir", "amar", "moverse", "sonreír", etc., son acontecimiento, es porque hay algo de ellos que su cumplimiento no logra realizar, un devenir que no cesa de alcanzarnos a la vez y precedernos, como una tercera persona del infinitivo, una cuarta persona del singular. El amor está en el fondo de los cuerpos pero también está sobre esa superficie incorporal que lo hace surgir.
Es muy difícil hablar de la ciencia actual, de lo que hacen los científicos, pero, en la en la medida en que uno puede comprender, se tiene la impresión de que el ideal de la ciencia ya no es ni axiomático ni estructural. Una axiomática consistiría en aislar una estructura que hacía homogéneos u homólogos los elementos variables a los que se aplicaba. Era operación de recodificación, de reordenación de la ciencia. Y es que la ciencia nunca ha dejado de delirar, de hacer pasar flujos de conocimiento y de objetos totalmente descodificados siguiendo líneas de fuga que van cada vez más lejos. Pero hay toda una política que exige que esas líneas sean bloqueadas, que se establezca un orden. Piensesé el papel que ha jugado en la física Luis de Broglie, impidiendo que el indeterminismo fuera demasiado lejos, frenando la locura de las partículas: toda una reordenación. En la actualidad da la sensación de que en la ciencia se produce un nuevo brote de delirio. Y no solo por la búsqueda desenfrenada de partículas raras, sino porque la ciencia se convierte cada vez mas en ciencia de acontecimientos, y deja de ser estructural. Mas que construir axiomáticas traza líneas y caminos, da saltos. Ya no se trata de una estructura que encuadra dominios isomorfos, sino de un acontecimiento que atraviesa dominios irreductibles. Por ejemplo el acontecimiento "catástrofe" tal y como lo estudia René Thom. O bien el acontecimiento-propagación, ¿propagarse?, que se efectúa en un gel, pero también en una epidemia, en una información. Ya no se extrae una estructura común a diversos elementos, sino que se expone un acontecimiento, se contraefectúa un acontecimiento que corta diferentes cuerpos y que se efectúa en diversas estructuras. Algo así como verbos en infinitivo, líneas de devenir, líneas que pasan entre dominios y saltan de un dominio a otro, interreinos. La ciencia cada vez se parecerá mas a la hierba, estará en el medio, entre unas cosas y otras, acompañando su fuga (aunque bien es cierto que los aparatos de poder exigirán cada vez más una reordenación, una recodificación de las ciencias).

Diálogos 5

El humor es atonal, absolutamente imperceptible, hace huir algo. Es un arte de acontecimientos puros. Hace tartamudear una lengua. Nunca se trata de juegos de palabras, sino de acontecimientos de lenguaje, un lenguaje minoritario que se ha vuelto capaz de crear acontecimientos de lenguaje. No hay ni un solo juego de palabras en L. Carrol.
¿Qué es un agenciamiento?. Es una multiplicidad que comporta muchos géneros heterogéneos y que establece uniones, relaciones entre ellos, a través de edades, de sexos y de reinos de diferentes naturalezas. Lo importante no son las filiaciones sino las alianzas y las aleaciones; ni tampoco las herencias o las descendencias sino los contagios, las epidemias, el viento. Un animal se define menos por el género y la especie, por sus órganos y sus funciones que por los agenciamientos de que forma parte. Por ejemplo un agenciamiento del tipo hombre-animal-objeto manufacturado; HOMBRE-CABALLO-ESTRIBO. Lo primero que hay en un agenciamiento es algo así como dos caras o dos cabezas. Estados de cosas, estados de cuerpos; pero también enunciados, regímenes de enunciados. Los enunciados no son ideología. Son piezas de agenciamiento, en un agenciamiento no hay ni infraestructura ni superestructura. Los enunciados son como dos formalizaciones no paralelas, de tal forma que nunca se hace lo que se dice, y nunca se dice lo que se hace, sin que por ello se mienta; no se engaña a nadie ni tampoco se engaña a si mismo. Lo único que uno hace es agenciar signos y cuerpos como piezas heterogéneas de una misma máquina. En la producción de enunciados no hay sujetos, siempre hay agentes colectivos. Son como las variables de la función que no cesan de entrecruzar sus valores o sus segmentos.
CONTRA EL PSICOANALISIS tan sólo hemos dicho dos cosas: que corta todas las producciones de deseo, que aplasta todas las formaciones de enunciados, rompiendo así las dos vertientes del agenciamiento maquínico de deseo y el agenciamiento colectivo de enunciación. El psicoanálisis habla mucho del inconsciente, incluso lo ha descubierto: pero en la práctica es para reducirlo, destruirlo, conjurarlo. Os meterán en la cabeza la Carencia, la Cultura y la Ley. Pero conste que no se trata de la teoría sino del famoso arte práctico del psicoanálisis, el arte de interpretar. Ni hay sujeto del deseo ni hay objeto. El sujeto de enunciación no existe. La única objetividad del deseo son los flujos de inconsciente en un campo social. El deseo es el sistema de signos
a-significantes con los que se producen flujos de inconsciente en un campo social. Que la eclosión del deseo se produzca en la célula familiar o en una escuela de barrio, poco importa, lo cierto es que siempre cuestionará las estructuras establecidas. El deseo es revolucionario porque siempre quiere más conexiones y más agenciamientos. Pero el psicoanálisis corta, aplasta todas las conexiones; odia el deseo, odia la política.
FOULCAUT: toda formación de poder tiene necesidad de un saber del que sin embargo no depende, pero que no tendría eficiencia sin ella. Ahora bien, ese saber utilizable puede adquirir dos formas: una forma oficiosa como cuando se instala en los "poros"para tapar tal o cual fallo en el orden establecido; o bien una forma oficial, cuando constituye por si mismo un orden simbólico que proporciona a los poderes establecidos una axiomática generalizada. Por ejemplo la complementariedad ciudad griega - geometría euclideana. Y no porque los geómetras tengan el poder sino porque la geometría euclideana constituye el saber o la máquina abstracta que la ciudad necesita para su organización de poder, de espacio y de tiempo. No hay estado que no tenga necesidad de una imagen de pensamiento que le sirva de axiomática o de máquina abstracta y a la que le proporcionará, como contrapartida la fuerza necesaria para funcionar. De ahí la insuficiencia del concepto de ideología que no da cuenta en absoluto de esta relación. Así el enojoso papel de la filosofía clásica fue el de proporcionar a los aparatos de poder el saber que les convenía (Iglesia o Estado). El psicoanálisis ha hecho sus ofertas, convertirse en una lengua y un saber oficiales que sustituyan a la filosofía, proporcionar una axiomática del hombre que sustituya a las matemáticas, invocar el Honestas y una función de masa. Pero es dudoso que lo consiga: los aparatos de poder se inclinan con mayor facilidad hacia la física, la biología o la informática.
ANTI-EDIPO: el deseo no está ligado a la ley en absoluto, y no se define por ninguna carencia esencial. La santa castración, el sujeto escindido, la pulsión de muerte, la extraña cultura de la muerte. ¿Qué duda cabe que es así cada vez que se piensa al deseo como a un puente entre un sujeto y un objeto: en ese caso el sujeto del deseo solo puede estar escindido, y el objeto perdido de antemano. Nosotros intentamos demostrar como el deseo está fuera de esas coordenadas personológicas y objetales. Nos parecía que el deseo era un proceso, y que desarrollaba un plano de consistencia, un campo de inmanencia, un "cuerpo sin órganos" como decía Artaud, recorrido por partículas y flujos que se escapan tanto de los objetos como de los sujetos. El deseo no es pues interior a un sujeto ni tampoco tiende hacia un objeto: es estrictamente inmanente a un plano al que no preexiste, a un plano que es necesario construir, y en el que las partículas se emiten y los flujos se conjugan. Lejos de suponer un sujeto el deseo sólo puede alcanzarse en el momento en que uno pierde la posibilidad de decir yo (Je).

Diálogo 6

Los tres contrasentidos sobre el deseo son, relacionarlo con la carencia o con la ley; como una realidad natural o espontánea; con el placer o incluso y sobre todo con la fiesta. El deseo siempre está agenciado maquinado, en un plano de inmanencia o de composición que debe construirse al mismo tiempo que el deseo agencia y maquina. Y no sólo está determinado históricamente sino que es el operador efectivo que en cada caso se confunde con las variables de un agenciamiento. Ni la carencia ni la privación, producen deseo: si hay carencia es con relación a un agenciamiento del que está excluido, si hay deseo es en función de agenciamiento en el que está incluido, (tanto que sea una asociación para el bandolerismo o para la revuelta).
Máquina, maquinismo, "maquínico": ni es mecánico, ni orgánico. La mecánica es un sistema de progresiones progresivas entre términos dependientes. La máquina por el contrario es un conjunto de "vecindad" entre términos heterogéneos independientes (la vecindad topológica es independiente de la distancia y de la contigüidad). Lo que define un agenciamiento maquínico es el desplazamiento de un centro de gravedad sobre una línea abstracta. Y, como la marioneta de Kleist, es ese desplazamiento el que engendra las líneas o los movimientos concretos. Si la máquina totaliza sus movimientos es porque una de las piezas es un hombre. Siempre hay una máquina social que es anterior respecto a los hombres y a los animales que incluye en su "phylum".


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¿Qué puede un cuerpo? .



La verdadera cuestión es esta: ¿qué puede un cuerpo? ¿de qué afectos somos capaces? (...)

La tristeza, los afectos tristes, son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos. El tirano, el cura, el ladrón de almas, necesitan persuadirnos de que la vida es dura y pesada. Los poderes tienen más necesidad de anestesiarnos que de reprimirnos, o como dice Virilio, de administrar y de organizar nuestros pequeños terrores íntimos. Los enfermos, tanto del alma como del cuerpo, no nos dejarán, vampiros que son, mientras que no hayan conseguido contagiarnos su neurosis, su angustia, su querida castración, su resentimiento contra la vida. (...) No es fácil ser libres: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan o desarrollan un máximo de afirmación. Convertir al cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir al pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la conciencia.



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Aunque bien es cierto que, agentes o pacientes, cuando actuamos o sufrimos, aún nos queda el ser dignos de lo que nos sucede. En eso coincide la moral estoica: no ser inferior al acontecimiento, convertirse en el hijo de sus propios acontecimientos. La herida es algo que yo recibo en mi cuerpo, en un determinado momento, pero también hay una verdad eterna de la herida, como acontecimiento impasible, incorporal: "mi herida existía antes que yo, yo he nacido para encarnarla". Amor fati, querer el acontecimiento, nunca ha sido resignarse, ni mucho menos hacer el payaso o el histrión, sino exraer de nuestas acciones y pasiones esa fulgiración, contraefectuar el acontecimiento, acompañar ese efecto sin cuerpo, esa parte que supera el cumplimiento: la parte inmaculada. Un amor a la vida que puede decir sí a la muerte. (...)


Así pues, vivimos entre dos peligros: el eterno quejido de nuestro cuerpo, que siempre encuentra un cuerpo acerado para cortarlo, un cuerpo demasiado grueso para penetrarlo y ahogarlo, un cuerpo indigesto para envenenarlo, un mueble para tropezarlo, un microbio para producirle un grano, pero también el histrionismo de los que imitan un acontecimiento puro y lo transforman en fantasma, y alaban la angustia, la finitud y la castración. Hay que lograr erigir entre los hombres y las obras su ser anterior a la amargura. (...)


Hacer de un acontecimiento, por pequeño que sea, la cosa más delicada del mundo, justo lo contrario de hacer un drama, o una historia. Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no son personas, caracteres o sujetos, sino una variación atmosférica, una variación de color, una molécula imperceptible, una población discreta, una neblina o una llovizna.

6 comentarios:

  1. gracias por poner esto aca.
    buscame algo puntual, me encontre con mas.
    artificeros, percutores, balas.
    ahora faltan los encuentros
    quedo atenta a la espera

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  2. buscando quise decir, quizas se me escapo algo...que suerte que no creemos en Lacan

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  3. Quue bello todo esto, me encanta Y, depués de haber leído amo con mayor libertad mi alma y mi cuerpo.

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