TAISEN DESHIMARU-Dogen ज़न्जी Shunryu Suzuki -

MENTE ZEN MENTE DE PRINCIPIANTE
Shunryu Suzuki
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ZEN Y ARTES MARCIALES
(fragmentos)


Vosotros y yo somos diferentes. ¡Si no se pueden encontrar soluciones a la propia vida se llega a un callejón sin salida! Aquí y ahora, ¿cómo crear nuestra vida? Se proyecta una película y si se detiene, la imagen se vuelve fija, inmóvil. Las artes marciales y el Zen tienen en común la creación y la concentración de la energía. Concentrándose “aquí y ahora” y exteriorizando la verdadera energía de nuestro cuerpo, se puede observar y recargar. Cuando se abre la mano, se puede obtener todo. Si se cierra la mano, no se puede recibir nada. En las artes marciales, hay que penetrar los elementos, los fenómenos, y no pasar al lado de ellos. Las artes marciales son pues esencialmente viriles, ya que el hombre penetra a la mujer. Pero en nuestra época todo el mundo quiere economizar su energía y se vive a medias. Siempre se esta incompleto. Las gentes viven a medias, tibias como el agua del baño.

Hay que aprender a penetrar la vida.

Así, el secreto de las artes marciales es aprender a dirigir el espíritu, Ryu Gi. Esto forma la base de las técnicas corporales. El espíritu debe volverse la sustancia. El espíritu es la sustancia, sin forma pero algunas veces tiene una forma. Cuando la actividad del espíritu llena todo el cosmos entero, este espíritu aprovecha las ocasiones, tiene una posibilidad de evitar los accidentes y puede atacar las diez mil cosas en una sola. Esto significa que, durante un combate nuestro espíritu no debe ser influenciado por ningún movimiento del adversario, por ninguna de las acciones de su cuerpo y de su espíritu. Nuestro espíritu debe dirigirse libremente, no tener la esperanza de atacar al adversario, ni dejar de prestarle atención. Se debe estar completamente atento de instante en instante.

En nuestra vida cotidiana es lo mismo. Algunas personas solo piensan en el dinero, ya que este permite satisfacer todo. Ahora bien, por él, pierden su honor. Otros solamente desean honores y pierden su dinero. Algunos se concentran solamente sobre el amor, pierden su dinero y su energía. “Pero nuestra dicha no existe de un solo lado.”

Debemos crear nuestra vida, volvernos libres, desapegados, solamente atentos al aquí y ahora: todo se encuentra aquí.

“El reflejo de la luna en el rió esta siempre en movimiento. Sin embargo, la luna existe y no se va de ahí.” Se queda pero se mueve. En un poema muy corto sobre el secreto del Zen y de las artes marciales, y un gran koan. La corriente del agua no vuelve nunca hacia atrás. El agua pasa, pasa... pero la luna no se mueve. Durante un combate, el espíritu tiene que ser como la luna, pero el cuerpo y el tiempo pasan, pasan como la corriente. El instante presente no vuelve jamás. Durante zazen, cada una de nuestras inspiraciones y expiraciones es la de ahora, y no vuelve nunca. Es posible rechazar la respiración, pero la de ahora no es la de antes. La respiración de después no es nunca como la de antes. Ayer era ayer. Hoy es hoy. Es diferente. Yo digo siempre que debemos concentrarnos “aquí y ahora”, crear “aquí y ahora”. De esta manera, uno puede volverse “fresco”, nuevo. El zazen de hoy no es el mismo que el de ayer. El zazen debe ser siempre fresco, “aquí y ahora”. No debéis relajaros durante zazen, ni durante el entrenamiento a las artes marciales. Hacerlo a medias no es bueno. Hay que hacerlo hasta el fondo darse totalmente. No debemos retener restos de energías. Concentrarse significa la salida completa, la descarga total de la energía. Esto debe encontrarse en cada uno de los actos de nuestra vida.

En el mundo moderno, vemos todo lo contrario; los jóvenes viven a medias y están muertos a medias. Tienen una sexualidad incompleta. Y durante su trabajo o durante zazen piensan en el sexo, e inversamente: así sucede en todos los actos de la vida.

Pero si se descarga totalmente la energía, se puede absorber energía fresca que fluye como la corriente del agua.

Durante un combate, si se economiza un resto de energía, no se puede ganar. Este es un secreto de las artes marciales. No debemos depender de los wasa, de la técnica. Hay que crear. Si un hombre rico da dinero a su hijo, éste no aprende a ganarlo. E, inversamente, el hijo de un hombre pobre sabrá crear el método para procurárselo. Las artes marciales no son un teatro ni un espectáculo. Esto no es el verdadero Budo. El secreto de las artes marciales, decía siempre Kodo Sawaki, es que no hay victoria ni derrota. ¡No se puede vencer ni ser vencido! El deporte y las artes marciales son diferentes. En el deporte, hay tiempo. En las artes marciales no hay más que el instante. Por ejemplo, en el baseball, el “bateador” espera la pelota, existe el tiempo: la acción no se produce en el instante. Lo mismo sucede en el tenis, en el rugby en el fútbol, en todos los demás deportes. ¡El tiempo pasa y permite pensar en algo durante un pequeño momento mientras que se espera! En las artes marciales no está el tiempo de espera. La victoria y la no-victoria, la vida o la no- vida, se deciden en un instante. Hay que vivir en el instante: aquí es donde la vida y la muerte se deciden totalmente.



MONDO



P. —A propósito de los exámenes de acceso para adquirir los grados, los Dan, un maestro nos dijo un día que tres cosas eran importantes: shin, wasa, thai...el espíritu,

la técnica, el cuerpo. ¿Cuál es la más importante?

R. —En las artes marciales como en el juego de Go, conocer bien la técnica es muy práctico. Sucede a veces que en un ser joven el cuerpo sirve de elemento fundamental, mientras que en un hombre de más edad, técnica y espíritu predominan. De hecho, lo más importante es shin, el espíritu. Después viene la técnica y el cuerpo. En los demás deportes, sobre todo en Occidente, la fuerza del cuerpo debe ser la más desarrollada. No es este el caso en las artes marciales; en judo, el cuerpo debe ser formado, pero es secundario en relación a la técnica y al espíritu-intuición necesario para aplicarlo bien. Si técnica fuerte y cuerpo fuerte luchan juntos, es la técnica la que vencerá. Si un espíritu fuerte combate una técnica fuerte, es el espíritu el que vencerá ya que sabrá encontrar el punto débil. Se conoce la historia del samurai que, después de una riña, combatía con un obrero. Aquel le hizo un hábil estrangulamiento mortal y el obrero se ahogaba cuando, en la punta de sus dedos, palpo los testículos de su adversario, los cuales agarro y apretó con todas sus fuerzas. Al cabo de algunos instantes, el samurai estuvo obligado a soltar presa, vencido...

El entrenamiento no debe estar concentrado únicamente sobre el desarrollo del cuerpo. Evidentemente, en los torneos modernos, no se lucha a vida o a muerte, sino para ganar puntos: por lo que la fuerza del cuerpo y la técnica es suficiente. En los tiempos antiguos, era completamente de otra manera puesto que la vida se encontraba en juego: entonces la intuición lo decidía todo, como último recurso.

Hoy día, se debería volver a encontrar esto; en cada combate, hacer como si la vida dependiera de el, incluso con los sables de madera. Entonces, las artes marciales encontrarían su verdadero lugar; la practica de la vía. Si no, no se trata más que de un juego...

Fuerza de cuerpo, técnica y fuerza de espíritu están, de hecho, más o menos en igualdad, pero es siempre shin, el espíritu, el que decide el resultado del combate.

Ya os he contado la historia del samurai que vino a ver al legendario Maestro Miyamoto Musachi, y le pidió que le enseñara la verdadera vía del sable. Este último acepto. Convertido en su discípulo, el samurai pasaba su tiempo, bajo la orden del maestro, acarreando y cortando leña, yendo a buscar agua a una fuente alejada. Y esto, todos los días, durante un mes, dos meses, un año, tres años. Hoy día, cualquier discípulo hubiera huido al cabo de algunos días, incluso de algunas horas. El samurai continuaba y de hecho, entrenaba su cuerpo. Sin embargo, al cabo de tres años ya no pudo aguantar mas y le dijo a su maestro: “¿Pero que entrenamiento me hace usted seguir aquí? Desde mi llegada no he tocado un sable. ¡Paso mi tiempo cortando leña y transportando agua! ¿Cuándo me iniciara usted?”. “Bueno, bueno”, respondió el maestro. “Voy a enseñarte la técnica, ya que lo deseas.”Le hizo entrar en el doyo y, cada día, desde la mañana hasta la noche, le ordeno que caminara sobre el borde extremo del tatami y que diera así, paso a paso, sin equivocarse, la vuelta a la sala.

P. —Pero esa es exactamente la manera que se debe tomar en el Kendo, un pie en la línea del otro, después deslizarse...

R. —Sí. De esta manera el maestro le enseño la concentración sobre la marcha. Concentrarse sobre un acto, hacerlo perfectamente. Ya que los detalles de la técnica, los trucos, los pasos, son de hecho secundarios con relación a la concentración. Si se está suficientemente concentrado, un gesto, uno solo, es suficiente.

Por consiguiente, el discípulo caminó a lo largo del borde del tatami durante un año. Al cabo de ese tiempo, dijo al maestro: “Yo soy un samurai, he practicado mucho la esgrima, he encontrado a otros maestros de kendo. Ninguno me ha enseñado como usted lo hace. Por favor, enséñeme la verdadera vía del sable.””Bien, dijo el maestro, sígueme. “Lo condujo lejos, a un lugar en el que se encontraba un trozo de madero que atravesaba un precipicio de una profundidad increíble, aterradora” : “He aquí dijo el Maestro, tienes que atravesar este pasaje.” El samurai discípulo no comprendía nada de aquello y, de cara al precipicio, dudaba, sin saber que hacer. De pronto, oyeron detrás de ellos un toc.toc, el ruido de un bastón de ciego. El ciego, sin prestar atención a su presencia, paso al lado de ellos y atravesó sin dudar, tanteando con su bastón el madero que franqueaba el precipicio. “¡Ah pensó el samurai, empiezo a comprender. Si el ciego atraviesa así, yo debo hacer lo mismo.” En este instante el Maestro le dijo: “Durante un año, has caminado sobre el borde del tatami que es mas estrecho que este tronco, así que debes pasar.” El samurai comprendió y...atravesó de una vez el puente. El entrenamiento estaba completo: el del cuerpo durante tres años; el de la concentración sobre una técnica (la marcha) durante un año, y el del espíritu de cara al precipicio, de cara a la muerte.

P.--¿Pero por que el espíritu es lo más importante?

R. —Porque, a última hora, es él quien decide.

En las artes marciales japonesas, desde los tiempos antiguos, un solo gesto justo provocaba la muerte. De aquí viene la lentitud, la concentración de los movimientos antes del ataque, Un golpe, y se acabó: un muerto, algunas veces dos, si se daban los golpes justos. Todo se juega en un instante. En este instante, el espíritu decide todo, técnica y cuerpo lo siguen. En todos los deportes de hoy día existe un tiempo de espera. En las artes marciales no hay tiempo de espera: si se le espera aunque solo sea un poco, el espíritu debe estar sin cesar concentrado sobre la situación, dispuesto a atacar o reaccionar. De aquí su importancia primordial.

P. —Pero ¿cómo elegir la técnica de ataque?

R.---No es cuestión de elegir. Ello debe hacerse inconscientemente, automáticamente, naturalmente. El pensamiento no puede intervenir ya que si no, hay tiempo de espera, por consiguiente fallo. La conciencia permanente, despierta de la situación global es pues esencial para que surja el gesto justo: la conciencia selecciona un golpe, técnica y cuerpo parten hacia delante. Y se acabó.

P---Por ejemplo en kendo. Hay un golpe llamado debana wasa: se trata de atacar antes de que el adversario lo haga, de golpear antes de que él golpee. Por consiguiente, en esta técnica del debana, la intuición es en efecto muy importante.

R.---¡La intuición es siempre esencial! Si el adversario os da un golpe inesperado, debéis tener entonces la intuición de la parada, la conciencia de la huida. ¡Para salvaros del golpe! Conciencia que provocará la reacción del cuerpo y de la técnica apropiada. ¡Pero si pensáis en ese momento: “Debo utilizar tal o cual técnica”, en el instante de vuestro pensamiento, seréis tocado! La intuición desencadena el cuerpo y la técnica. Cuerpo y conciencia se unen: se piensa con el cuerpo entero, se emplea totalmente en la reacción.

Es por esto por lo que es difícil hacer categorías sobre la importancia o la jerarquía de shin, el espíritu, wasa, la técnica, y tai, el cuerpo. Deben estar unidos, No separados. Es su perfecta unión la que crea el acto justo. No su separación. La unidad total.

En las artes marciales japonesas, la Vía del sable, el kendo, ha sido considerada siempre como el arte más noble de combate, ya que es la que mejor une estos tres factores: conciencia-intuición, cuerpo y técnica.

P.---En el mundo, doce millones de personas practican el kendo, seis millones el judo, cinco millones el kárate, un millón el aikido, y doscientas mil personas el tiro con arco, el kyudo...

R.---En todas estas artes marciales, la unidad entre el espíritu, el cuerpo y la técnica es esencial.

Pensar y después golpear no es el gesto justo. Hay que atrapar suki, la ocasión, la oportunidad. Esto es muy importante. El pensamiento no puede hacerlo. Solamente la conciencia puede atrapar la oportunidad de la acción. El vació en el que hay que actuar.

P.--- El momento oportuno...

R.---La oportunidad para el acto. La ocasión de ataque. Aprovechar el defecto. Por intuición, y este es un punto muy importante, hay que aprovechar el momento en el que, en la inspiración, el adversario presenta un punto débil...

P.---¿La inspiración del adversario o la suya propia?

R.---La inspiración del adversario. Vosotros debéis expirar antes y durante el ataque. En kárate, un golpe recibido durante la inspiración puede ser peligroso. Pero no durante la expiración. Por consiguiente, hay que aprovechar la oportunidad cuando el adversario inspira, ya que entonces, presenta un fallo un vacío.

P.---¿Por qué?

R.---Siempre hay una oportunidad en la inspiración porque el cuerpo se vuelve más ligero, menos concentrado. La inspiración es una excelente oportunidad que el espíritu- cuerpo debe saber aprovechar. Atacar durante la inspiración del adversario, cuando este presenta un lado débil, un defecto en su defensa, en su actitud, he aquí un gran secreto.

La inspiración es un gran suki, una gran oportunidad. Un exceso de tensión también: de esta manera, en un torneo, no se puede mantener la atención al mismo nivel de intensidad. En un momento dado nuestra atención se debilita: entonces presentamos un fallo, un suki, una ocasión, que el adversario debe saber aprovechar.

Pero esta cuestión de la oportunidad se encuentra en todos los combates, no-solo en las artes marciales, sino también en las discusiones, en los negocios... No debéis mostrar fallos: ni en las artes marciales ni en la vida cotidiana. ¡La vida es un combate! Hay que permanecer concentrado. No descubráis vuestros puntos débiles, y por consiguiente reducirlos por un entrenamiento continuo al dominio de sí. Toda la educación japonesa tradicional se fundamenta sobre esta vigilancia: no manifestar los puntos débiles para que otro no se aproveche de ello. El juego del torneo es descubrir los puntos débiles del adversario: hasta ahí se llega con la voluntad, con la atención, con la concentración. Y cuando la oportunidad se presenta, aprovecharla valientemente, sin pensar.

Y tanto en los torneos como en los combates de la vida cotidiana, el struggle for life, la observación de los ojos es muy importante: ya que cuando los ojos del adversario se mueven, sé turban, dudan, se debilitan, hay un suki, una oportunidad, un fallo. En todos los momentos críticos de nuestra vida, no hay que manifestar los puntos débiles, si no es el error, la derrota, el fracaso. Esta vigilancia no viene de una tensión excesiva del cuerpo que se fatigaría rápidamente, sino de la atención de la conciencia. De aquí la importancia de shin, el espíritu. El cuerpo manifiesta puntos débiles, la conciencia puede corregir, canalizar, dirigir todo esto.

P.---El año pasado vi en Kyoto a dos maestros de kendo, de alrededor de ochenta años, que se enfrentaban en torneo: durante cinco minutos se pusieron uno frente a otro, sable en mano, punta contra punta, sin moverse, absolutamente sin moverse. Y al cabo de cinco minutos, el arbitro declaró combate nulo, Kiki Wake.

R.--- Sí. Cuando alguien se mueve, muestra siempre sus puntos débiles. Allí donde los jóvenes se hubieran batido vigorosamente en ataques y acciones más o menos desordenadas, allí donde los hombres de edad madura hubieran hecho entrar en juego toda la experiencia de su técnica, los dos maestros de artes marciales se contentaron con un combate de espíritu, por y con los ojos. Si uno de los dos se hubiera movido, su conciencia se habría movido también, y habría manifestado un fallo. El primero que se hubiera debilitado habría perdido radicalmente ya que el otro reaccionaria rápidamente.

Vosotros conocéis la historia de los tres gatos: un samurai tenía en su casa un ratón del que no llegaba a desembarazarse. Entonces adquirió un magnifico gato, robusto y valiente. Pero el ratón, más rápido, se burlaba de el. Entonces el samurai tomo otro gato, malicioso y astuto. Pero el ratón desconfió de el y no daba señales de vida mas que cuando este dormía. Un monje Zen del templo vecino presto entonces al samurai su gato: este tenía un aspecto mediocre, dormía todo el tiempo, indiferente a lo que le rodeaba. El samurai encogió los hombros, pero el monje insistió para que lo dejara en su casa. El gato se pasa el día durmiendo, y muy pronto, el ratón se envalentono de nuevo: pasaba y volvía a pasar por delante del gato, visiblemente indiferente. Pero un día, súbitamente, de un solo zarpazo, el gato lo atrapo y lo mató. ¡Poder del cuerpo, habilidad de la técnica no son nada sin la vigilancia del espíritu!

Una conciencia justa es esencial al movimiento del cuerpo.

P.---Pero ¿qué se puede hacer para permanecer en la concentración justa? ¡La tensión y fatiga no se la puede mantener sin moverse!

R.---Es vuestra conciencia la que no debe perturbarse ni calcular: justo adaptarse a lo que pasa. Llevad sin cesar vuestra concentración sobre la respiración, sobre vuestra expiración, que debe ser lenta, larga, y descender lo más bajo posible en el abdomen, en el hara. Y vuestros ojos, no perdáis de vista los ojos del adversario: seguid de esta manera su movimiento interior. En el combate de sable que hemos visto, entre Maestro Yuno y uno de sus discípulos, este último, al cabo de algunos minutos, jadeaba, agotado por la tensión. Maestro Yuno estaba simplemente ahí, concentrado, tranquilo, muy tranquilo. Absolutamente vigilante. Y en un momento preciso, con la punta de su sable hacia la garganta, arrojo al discípulo fuera del tatami. Un solo gesto le fue suficiente, a partir del momento en el que descubrió el punto débil en la parada del adversario. Concentraos pues sobre la expiración, esto es muy importante. Que ella sea lo más larga posible, lo más calmada posible: esto ayuda a no estar fatigado o apasionado.

P.---Los samuráis que hacían duelos de noche concentrándose sobre la sombra de su adversario...

R.---Desde luego el movimiento de la sombra indicaba el movimiento del cuerpo y el de la conciencia. Pero esto no les impedía, más bien al contrario, expirar poderosamente en su hara... Pero vosotros debéis y podéis encontrar esta concentración fundamental en simples combates de entrenamiento, como durante los torneos. No vale la pena entrenarse para eso. Es el poder de vuestra concentración lo que cuenta. Hay que canalizar tensión del cuerpo y habilidad de la técnica en la atención-intuición del espíritu. El espíritu esta entonces vacío, ku, sin fallos. Esto es el Zen. Esto es también la verdadera vía del Budo. De cara a la muerte, como de cara a la vida, la conciencia debe estar tranquila. Hay que decidir aceptándolas completamente, tanto la propia vida como la propia muerte. No sufrir. Incluso si mi cuerpo muere, mi espíritu debe permanecer derecho (gesto del pulgar hacia arriba): este es el entrenamiento del Zen y del Budo. El gran Maestro Miyamoto Musachi abandono de esta manera su vida de combate para resolver este problema: como morir. ¡E hizo zazen! (Risas).

P.--- En Europa, en los Estados Unidos, en el Japón, mucha gente practica las artes marciales, sin practicar verdaderamente la vía del Budo, ni la del Zen. Y la opinión común pretende que los principios del Zen, la filosofía del Zen, no tiene nada que ver con la practica deportiva de las artes marciales.

R.---Los que no quieren seguir la enseñanza Zen, verdadera base del Budo, no tienen porque hacerlo. Estos se sirven entonces de las artes marciales como de un juego, como de un deporte entre otros. Los que quieran alcanzar una dimensión mas elevada de su ser, de su vida, deben comprender esto. No se puede obligar a nadie ni criticar a nadie. Sin embargo, unos son como niños que juegan con cochecitos, otros conducen verdaderos coches... Yo no soy negativo de cara a los deportes: estos entrenan el cuerpo, la resistencia... Pero el espíritu de competición, el espíritu de poder que se encuentra en ellos, no es bueno: esto testimonia una visión falsa de la vida. La raíz de las artes marciales no se encuentra ahí.

Los educadores de hoy día son también responsables de esta situación; ellos entrenan el cuerpo, la técnica, pero no la conciencia. Sus alumnos se pelean para ganar, juegan a la guerra como niños. No hay ninguna sabiduría en todo eso. ¡No es del todo eficaz para la conducta de la vida! ¿Para que les sirve su técnica en la vida cotidiana? El deporte no es más que una diversión y, a fin de cuentas, usa el cuerpo para el espíritu de competición. Esta es la razón por la que las artes marciales deben encontrar su dimensión primera. En el espíritu del Zen en el del Budo, la vida cotidiana es el lugar de combate. Hay que estar consciente en cada instante, lavándose, trabajando, comiendo, acostándose. El dominio de sí se encuentra ahí.

P.---¿La competitividad es una enfermedad del espíritu?

R.---¡Desde luego! ¡Que visión más triste de la vida! Lo que no quiere decir que no se pueda llegar a ser campeón, ¿por qué no? Esta es una experiencia como otra cualquiera. ¡Pero no hay que obsesionarse con ello! también en las artes marciales hay que ser mushotoko, sin meta ni espíritu de provecho.

P.---¿Puede usted hablarnos del kiai, ese grito que se lanza durante la práctica de artes marciales, sobre todo en kárate o en kendo? En mi doyo de kárate, nos hacen repetirlo muy a menudo, muchos gritos a la vez...

R.---El kiai, grito cuya fuerza vibratoria paraliza al adversario durante un instante, puede compararse al kwatz de los Maestros Zen Rinzai, que sirve para producir un choque y despertar al discípulo. En mi opinión es inútil repetirlo sucesivamente; una vez es suficiente pero una verdadera vez. Lanzad pues este grito de una manera total, que salga del hara, del bajo vientre, de ese lugar al que los japoneses llaman kikai: el océano de energía. Para esto, hay que aprender la respiración Zen que es también la del Budo: expirar lentamente, lo más profundamente posible. Al final de la expiración, la energía esta en su punto culminante. El kiai es la mezcla de esta expiración con una voz fuerte; es necesario que el sonido ascienda de una manera naturalmente profunda. Para esto, evidentemente, hay que saber respirar, lo cual es raro. Después del zazen, cuando hago la ceremonia y cantamos el Hannya Haramita Shingyo, el Sutra de la Gran Sabiduría, lo hago para el entrenamiento general de la respiración: la voz esta entonces obligada a ir hasta el final de la expiración. Es un buen entrenamiento al kiai. Kiai se descompone en ki: energía y ai: unión; significa pues la unión de la energía. Un solo grito, un solo instante en el que se encuentra todo el espacio-tiempo, todo el cosmos.

¡Kiai ( El Maestro Deshimaru lanza un grito aterrador, un rugido que sorprende a todo el mundo, y después estalla en risas.)

Pero en el kiai que se lanza en los doyos de artes marciales, como en el Hannya Shingyo cantado en los doyos Zen, nunca se encuentra esta fuerza: de hecho, la gente lanzan gritos modulados según su personalidad, hacen decoraciones sonoras. No hay nada de auténtico ni de bravo en eso. Ninguna fuerza. Canto o ruido: es todo. Nada de ki en sus kiai ¡Nada de energía!

P.---¿Por qué?

R.--- ¡Porque no saben respirar! Nadie les ha enseñado. Y además, es muy largo saber explicar a la manera de un verdadero maestro de Budo o de Zen. ¡No es la altura de la voz lo que hace el poder del sonido! ¡El sonido debe partir del hara, no de la garganta! Observar como maúlla un gato o ruge un león: eso es el kiai. Entrenaros en la respiración, pero no busquéis obtener un poder mágico con vuestro kiai: tanto en la vía del Budo como en la del Zen, hay que practicar, lo repito, sin meta ni espíritu de provecho. Ahora bien, la mayoría de las gentes siempre quieren adquirir algo, buscan tener en lugar de ser.

P.---¿Puede usted hablarnos de la respiración en las artes marciales y en la postura de zazen?

R.---Voy a intentarlo, pero es difícil. Tradicionalmente, los Maestros del Zen no la enseñan nunca. Solamente cuando la postura es justa se establece la respiración. Para enseñárosla tendría que desnudarme. Deberéis comprender con vuestro propio cuerpo. Una pequeña inspiración natural a partir del plexo después una profunda expiración presionando sobre los intestinos, bajo el ombligo. Para un ciclo de respiración, la expiración puede durar uno, dos, tres, cuatro e incluso cinco minutos. Cuando yo era joven, me sumergía hasta el fondo de la piscina, y permanecía allí de dos a tres minutos. Por la expiración (anapanasati) el Buda encontró la iluminación bajo el árbol Bo.

Cuando leo los sutras, mi expiración es muy larga porque tengo el hábito de esta expiración. Mientras se expira hay un ligero va –y-ven de aire en las fosas nasales y de esta manera se puede continuar largo tiempo. Es muy difícil y hace cuarenta años que me entreno...

Al principio debéis comprender con el cerebro y a continuación entrenaros. Es un método eficaz para vivir largo tiempo: la mayoría de la gente que vive mucho en Oriente practican esta respiración. Durante kin-hin1, si yo expirara a mi ritmo nadie se movería... Estos puntos están en relación con las artes marciales que son, lo repito, otra cosa que un deporte. Para practicarlas, el hara debe ser fuerte. Las artes marciales, la recitación de sutras, las ceremonias os hacen comprender entrenando vuestra respiración. Cuando llevo el ritmo de los sutras con las maderas, tenéis que ir hasta el final de vuestra expiración. ¡Es un buen entrenamiento!

El profesor Herrigel ha hablado de ello en su Tiro con arco2. El había estudiado esta disciplina durante seis años; pero solo cuando hubo comprendido la respiración abandono su filosofía y sus conocimientos y pudo por fin lograr alcanzar el blanco. Mi Maestro me decía: “¡Si hubiera venido a verme, habría comprendido hace mucho tiempo!”

El judo y el kárate son también un entrenamiento de la respiración, pero la mayoría de la gente no lo sabe. Solamente a partir del segundo o del tercer Dan se instala naturalmente esta respiración. Herrigel comprendió inconscientemente: la flecha parte al final de la expiración. En el judo o en el kárate, se es fuerte en la expiración; en la inspiración se es débil. En este momento, yo puedo matar a un hombre con un solo objeto, sin necesidad de un cuchillo. Yo hice la experiencia de esto cuando era joven; no maté al hombre que estaba delante de mí, solamente cayó, pero... Al final de la inspiración hay un punto muy vulnerable. Al final de la expiración ni siquiera hay movimiento.

Es por esto por lo que la respiración practicada en yoga no es del todo eficaz para las artes marciales. En el Japón, no se practica el yoga porque se conoce bien la respiración Zen. Si vosotros la comprendéis, podréis serviros de ella en la vida cotidiana. En una discusión, cuando os apasionéis, practicadla, y os calmaréis... Mantened vuestro control. Inversamente, durante la inspiración, un gran choque puede bloquear vuestro corazón y vuestros pulmones y causaros la muerte. Intentad levantar un peso pesado en dos veces, durante inspiración y durante la expiración.

Veréis la diferencia. Durante la expiración sois más fuerte, los pies se aferran al suelo, sois como un tigre. Cuando tengáis miedo, cuando tengáis angustias o cuando no os sintáis seguros de vosotros mismos en una situación, intentad ya expiración larga. Esta expiración os apaciguará y os dará fuerza, seguridad. Durante la expiración, la energía y la conciencia se encuentran.

P.---¿Cuál es la mejor manera de aprender a respirar convenientemente?

R.--- Tomando la postura de zazen. Antiguamente, en el tiempo de los samuráis, se sentía respeto por la meditación: antes de la acción, se concentraban en zazen. Concentración, después acción. Hoy día se puede encontrar esto en la ceremonia demasiado breve que se hace antes del combate en los torneos. En zazen se puede acumular energías, dejar pasar los pensamientos como nubes en el cielo, relajar las tensiones nerviosas y musculares, concentrarse sobre la energía, espaldas derechas, nuca recta, manos juntas cuyos pulgares no hacen ni montaña ni valle y practicar la verdadera respiración, basada en la expiración profunda en el hara, esa zona que se encuentra dos dedos por debajo del ombligo.

Ser zanshin: he aquí un término que se encuentra en la práctica de la esgrima japonesa, el kendo. Zanshin es aquello que permanece, sin apegarse, vigilante y libre. Justamente atento a lo que pasa aquí y ahora. Poco a poco esta atención se aplica a cada uno de los actos de nuestra vida. En el espíritu del Zen, como en el del Budo tradicional, el conjunto del comportamiento entra siempre en juego.

P.---¿Puede reemplazar a la postura de zazen el entrenamiento intensivo de los kata, esos gestos de base de la técnica? Ya que ellos entrenan la respiración, la concentración, la vigilancia...

R.--- No se puede comprar la práctica de una meditación sentada, zazen, método de concentración, con el entrenamiento de ejercicios de acción. Pero la práctica de zazen puede dar una nueva dimensión a los kata. La verdadera esencia de los kata no se encuentra en los propios gestos, sino en la manera en la que espíritu los vuelve justos. No se debe pensar: “Debo hacer este kata de esta manera o de esta otra...” sino ejercitar el cuerpo-espíritu en crear cada vez un gesto total, en el que se encuentre todo el ki, en un instante.

Vivir el verdadero espíritu del gesto: el kata, por el entrenamiento, debe confundirse con el espíritu. Contra más fuerte sea el espíritu más fuerte será el kata.

P. —En los doyos de artes marciales existen muchos gestos que conducen a la concentración: la manera de colocar los zapatos, los objetos personales, la manera de saludar al entrar...

R.---¡Pero todos esos gestos son kata! La manera de comportarse es kata. Cuando se saluda, no hay que hacerlo de cualquier manera. En Occidente se da vagamente la mano y se inclina un poco la cabeza; ¡no se ha comprendido nada la belleza del gesto! Hay que saludar completamente: juntar las manos lentamente, con los brazos derechos, paralelos al suelo; la punta de los dedos llega hasta la altura de la nariz. Después se inclina la espalda hacia el suelo, potentemente. Hay que erguirse con las manos aun juntas y poner naturalmente los brazos a lo largo del cuerpo. Cuerpo derecho, nuca derecha, pies en el suelo, espíritu tranquilo. (Con un gesto majestuoso. Taisen Deshimaru se levanta y nos saluda) ¡De esta manera testimoniáis todo el respeto que sentís hacia vuestro adversario, hacia vuestro maestro, hacia el doyo, hacia la vida! Algunas veces me preguntan por que me inclino ante la estatua de Buda, en el doyo: no es la estatua a quien saludo, sino a todos los que están aquí conmigo, en el doyo, y también al cosmos entero. Todos estos gestos son muy importantes, ya que ayudan a mantener un espíritu correcto. Significan dignidad y respeto, ayudan a nuestra naturaleza alcanzar una condición normal. Hoy día nadie es normal, toda la gente esta un poco loca, con su mental que funciona todo el tiempo; ven el mundo de una manera estrecha, restringida. Están devorados por su ego. Creen ver, pero se equivocan: proyectan su locura, su mundo, sobre el mundo. ¡No hay en ellos ninguna lucidez ninguna sabiduría! Es por esto por lo que Sócrates, como Buda, como todos los sabios, dicen antes que nada: "¡Conócete a ti mismo y conocerás todo el universo!” ¡Este es el espíritu del Zen y del Bushido tradicional! Para esto, la observación del comportamiento propio es muy importante. El comportamiento influencia la conciencia. A comportamiento justo, conciencia justa. Nuestra actitud, aquí y ahora, influencia a todo lo que nos rodea: nuestras palabras, nuestros gestos, nuestra manera de estar, todo esto influencia a lo que pasa alrededor de nosotros y a nosotros mismo. Las acciones de cada instante, de cada día, deben ser justas. El comportamiento en el doyo reaparecerá en nuestra vida cotidiana. ¡Cada gesto es importante! Como comer, como vestirse, como lavarse, como ir al cuarto de aseo, como ordenar, como conducirse con los demás, con la familia, con la esposa, como trabajar, como estar completamente en cada gesto. ¡No hay que soñar la vida! Hay que estar completamente en todo lo que se hace. Este es el entrenamiento a los kata.

El espíritu del Zen y del Budo tiende a esto: se trata de verdaderas ciencias del comportamiento. Nada tiene que ver con la imaginación que transforma el mundo, como en muchas religiones. Se debe vivir el mundo con el cuerpo, aquí y ahora. Y concentrarse completamente sobre cada gesto.

P.---¡Eso es imposible!

R.---¿Vosotros creéis que Buda era perfecto? El debía cometer errores como todo el mundo. Era un ser humano. Pero tendía a este comportamiento justo que es el mas alto ideal del hombre. La civilización moderna no comprende nada de esto, desde la escuela se os corta la vida para elaborar teorías...

Todo lo que acabo de decir debe ser bien entendido: no se trata solamente del comportamiento y de la apariencia exterior, sino también y sobre todo de nuestra actitud interior. ¿Cuál es la verdadera conducta a seguir? ¡Gran problema! El Zen nos aclara esto. Todas las escuelas filosóficas se interesan en este problema: existencialismo, behaviorismo, estructuralismo... Sin embargo ninguna da la clave de la conducta de nuestra vida. Siempre terminan por encerrarse en categorías, pero el origen profundo, la larga corriente de la vida, no se puede encerrar. Un koan dice: “Frió, caliente, es usted quien lo experimenta.” Esto es verdad para todos

Aquí y ahora es diferente para cada uno.





1 Marcha con el ritmo de la expiración.

2 Dervy livres, éd; en castellano, Ed.Kier.

Fuente:
http://www.oshogulaab.com/ZEN/TEXTOS/zen_y_artes_marciales.html




SHOBOGENZO
(Fragmentos)

Dogen 1200 - 1253
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I. Textos del Shobogenzo
[1] Bendowa (Acerca de la verdadera práctica de zazen) La puerta auténtica para
el disfrute del samadhi es la firme y erecta postura de zazen. Este Dharma está
presente en abundancia en cada ser humano, pero si no lo practicamos no se hace
manifiesto. Y si no lo experimentamos, no se puede realizar. Cuando a ello nos
entregamos, ya las manos han sido completamente colmadas: ¿cómo puede
entonces el Dharma definirse como siendo uno o muchos? Cuando lo hablamos,
nos llena la boca: carece de restricciones sin importar en qué dirección se hable.
Puesto que los buddhas están constantemente habitando y manteniendo esta
morada, no quedan rastros de reconocimiento ni de percepción alguna, a la
manera en que se hace cuando se distingue y se separa. Y cuando los seres vivos se
comportan eternamente de acuerdo con este estado, nada aparece ante ellos como
reconocimiento y percepción de aspectos distintos y separados. El esfuerzo de
aternerse a esta verdad que ahora os enseño conduce a experimentar realmente los
miles de universos, y promueve la unicidad de lo real en el camino de la liberación.
En el momento de romper las barreras y ganar la libertad, ¿qué relevancia puede
tener aún este mismo párrafo que escribo?
[4] Ikka-No-Myoyu (Una perla luminosa) ¿Cómo es posible que no amemos esta
perla luminosa? Su luz y sus colores, tal como son, son interminables. Cada color y
cada rayo de luz en cada momento y en cada situación es la virtud del universo
entero en sus innombrables direcciones. ¿Quién querría robarse eso? Nadie tiraría
un tesoro en la calle del mercado. No os preocupéis por caer o no caer en uno de los
mundos condicionados. Después de todo, ellos son, de la cabeza hasta el rabo,
originalmente el claro estar de lo que nunca deja de estar claro, y la perla luminosa
son sus rasgos, y la perla luminosa son sus ojos. Aún así, ni yo sé, ni vosotros
sabéis, lo que es o no es una perla luminosa. Cientos de pensamientos y cientos de
negaciones de pensamientos se combinan para formar un único y claro
pensamiento. [¼] Aún la pesadumbre y la preocupación en nada difieren de la
perla luminosa. Ninguna acción y ningún pensamiento han sido causado por nada
que no sea la perla luminosa. Por lo tanto, avanzando o volviendo atrás dentro de
la cueva, en la negra montaña de algún demonio, aún eso no más que la perla
luminosa.
[6] Soku-shin-ze-butsu (La mente aquí y ahora es buddha) El universo aquí y
ahora existe y no espera ser realizado, ni aguarda su destrucción. Los tres mundos,
en exacta concreción, existen: ni retroceden ni se muestran, ni son simplemente la
mente. La mente existe como existen las paredes y las cercas; nunca se enloda o se
humedece, y nunca se construye artificialmente. Nos percatamos en la práctica de
que la mente aquí y ahora es buddha, nos percatamos en la práctica de que la
mente que es buddha es ésta, nos percatamos en la práctica de que buddha es
justamente la mente, nos percatamos en la práctica de que mente y buddha aquí y
ahora es lo correcto, nos percatamos en la práctica de que esta mente-buddha es
aquí y ahora.
Fukan-Zazengi (Guía universal para el método de zazen) Por lo general alargamos
una delgada esterilla en el lugar donde nos sentamos, y colocamos un cojín
redondo sobre ella. Podéis sentaros en posición de loto, o en medio loto. Para
sentarse en la posición de loto, poned primero el pie derecho sobre el muslo
izquierdo, y luego el pie izquierdo sobre el muslo derecho. Para sentarse en la
posición de medio loto, no hay más que presionar el pie izquierdo sobre el muslo
derecho. Acomodad bien el hábito (kaõàya). Entonces colocad la mano derecha
sobre el pie izquierdo, y la mano izquierda sobre la palma de la mano derecha. Los
pulgares se tocan ligeramente y se soportan el uno al otro. Enderezad bien el
cuerpo y sentáos firmemente. No os inclinéis ni hacia la izquierda ni hacia la
derecha, ni os tumbéis hacia el frente, ni os echéis hacia atrás. Las orejas deben
estar en línea horizontal con los hombros, y la naríz en línea vertical con el
ombligo. Sostened la lengua contra el paladar, mantened los dientes y los labios
cerrados, mantened los ojos abiertos. Respirad suavemente por la naríz. Cuando la
postura esté ya bien asentada, haced una exhalación completa y balancéaos a la
izquierda y a la derecha. Sentáos inmóviles en el estado de quietud de la montaña.
Pensad en no pensar. ¿Cómo se piensa en no pensar? No pensando (hishiryo) He
ahí la esencia del zazen.
[11] Cuando los budas-tathagatas, todos habiendo recibido la transmisión directa
del maravilloso Dharma, experimentan el Despertar supremo (Anutarra samyak
sambodhi), poseen un método sutil, absoluto y sin intención. Por esta razón este
maravilloso Dharma se ha transmitido sólo de Buda en Buda, sin desviación,
porque su estándar es (Jijuyu Zanmai [1] el Samadhi de recibir y usar el Yo. Para
disfrutar libremente de este Samadhi, la práctica de zazen en la postura correcta
es la puerta auténtica. Aunque este Dharma esté presente abundantemente en cada
ser humano, no se manifiesta sin la práctica; y no lo experimentamos, no se puede
realizar. Cuando soltamos, ya ha llenado las manos; ¿cómo podríamos definirlo en
términos de poco o de mucho. Cuando hablamos, llena la boca; no está limitado en
cualquier dirección. Cuando los Budas permanecen continuamente en este estado y
lo mantienen, están inmersos en la realidad, sin separarse de ella mediante los
conceptos y las sensaciones. Cuando los seres vivientes funcionan continuamente
en este estado, la realidad no aparece ante ellos mediante los conceptos y las
sensaciones. La práctica de la Vía sin reservas -Bendo- de la que estoy hablando
nos permite experimentar por nosotros mismos la realidad de todas las cosas; nos
abre los ojos a la unidad intrínseca de la realidad en el camino de la emancipación.
En el momento de romper las barreras y de liberarse, hasta estas palabras carecen
de sentido.
[14]Después de establecer la decisión de perseguir el Dharma, visité buenos
consejeros en todos los rincones de nuestro país. Durante este tiempo encontré a
Myosen en el templo de Kenninji. Nueve estaciones de heladas y flores pasaron
rápidamente mientras practicaba con él y aprendía un poco de las tradiciones del
linaje Rinzai. El maestro Myosen era un gran discípulo del Ancestro Eisai, del
cual, fue el único que recibió la transmisión directa del supremo Dharma del Buda.
Nadie puede ser comparado a Myozen. Luego viajé por el gran reino de los Sung,
visitando a buenos consejeros al Este y al Oeste de Chekiang [2] y oí hablar de la
tradición a través de las puertas de los cinco linajes [3]. Finalmente visité al
Maestro Zen Nyojo en la montaña Dai-byaku Ho [4] y aquí fui capaz de completar
la gran tarea de una vida de práctica. Después de eso, al principio de la era Shojo
de la dinastía Sung [5], volví a mi país con la determinación de difundir el Dharma
y de salvar a los seres vivientes -era como si una carga pesada hubiera sido puesta
sobre mis hombros. No obstante, a la espera de circunstancias propicias bajo las
cuales podría desarollarse mi misión, pensé pasar un tiempo solo, paseando como
una nube o derivando aquí o allí como una hierba acuática, siguiendo el estilo de
los antiguos sabios. Sin embargo, si hubiera algunos practicantes sinceros que
daban prioridad al deseo de seguir la Vía, teniendo de forma natural indiferencia
hacia la fama o el provecho, podrían verse engañados en vano por falsos
instructores y podrían inútilmente echar un velo sobre la comprensión correcta.
Podrían emborracharse inútilmente con sus propios errores y caer para siempre
en el estado de confusión. ¿Cómo sería posible para ellos, entonces, hacer crecer la
verdadera semilla de Prajna o tener la oportunidad de alcanzar la Verdad? Si yo
ahora quedara absorto en ir a la deriva como una nube o como las hierbas
acuáticas, que montañas o ríos podrían visitar? Sintiendo que sería una situación
lamentable, decidí escribir una recopilación de las tradiciones y de las reglas que
viví directamente en los monasterios zen del reino de los Sung en China, junto con
un manual de la enseñanza profunda de un buen consejero que recibí y que he
mantenido. Dejaré este manual a las personas que estudian en la práctica con
sinceridad, así podrán conocer el Verdadero Dharma del linaje del Buda. Sería
una gran misión.
[17][Los sutras] dicen: El Gran Maestro Shakyamuni transmitió el Dharma a
Mahakashyapa durante la asamblea en el Pico de los Buitres. El Dharma fue
auténticamente transmitido de patriarca a patriarca y llegó hasta el Venerable
Bodhidharma. El Venerable en persona fue a China y transmitió el Dharma al
Gran Maestro Eka. Fue la primera transmisión del Dharma del Buda en las
Tierras del Este. Transmitido íntimamente, de “cara a cara”; de esta manera, de
forma natural el Dharma llegó al Maestro Zen Daikan Eno, el Sexto patriarca. En
aquella época, a medida que el verdadero Dharma se difundía en las tierras de
China, se hizo claro que éste estaba más allá de la expresión literaria. El Sexto
Patriarca tuvo dos excelentes discípulos: Ejo de Nangaku [6] y Gyoshi de Seigen
[7]. Ambos, habiendo recibido y mantenido la postura de Buda, fueron
instructores que guiaban por igual a los hombres y a los dioses. El Dharma fluyó y
se expandió en estas dos corrientes y las cinco escuelas se establecieron: Hogen,
Igyo, Soto, Unmon y Rinzai. En nuestros días solamente la escuela Rinzai sigue
siendo influyente en China. Aunque hay diferencias entre las cinco tradiciones, la
postura con el sello del espíritu del Buda (Butsu Shin In) es idéntica. A pesar de
que en el gran reino de los Sung, desde la antigua dinastía Han [8] hacia adelante,
se prodigaron textos filosóficos que tuvieron cierto impacto, nadie pudo decidir
cuales eran inferiores o superiores. Cuando el Maestro Ancestral vino del Oeste,
cortó directamente de raíz la fuente de toda confusión y transmitió el Dharma del
Buda sin corrupción. Debemos esperar que lo mismo ocurra en nuestro país. Los
sutras dicen que los patriarcas y los numerosos budas que permanecieron en el
Dharma del Buda y lo mantuvieron, se basaron todos en la práctica de la postura
sentada en el Samadhi de recibir y usar el yo (Jijuyu Zanmai) y estimaron que esta
práctica es la verdadera vía para revelar el estado de la verdad (de la verdad del
Despertar del Buda). Los seres humanos que alcanzaron la Verdad de Buda bajo
los Cielos del Oeste o en las Tierras del Este siguieron todos esta práctica. Esta
práctica depende de la transmisión auténtica y mística del método sutil entre
maestro y discípulo, y en la recepción y mantenimiento por el discípulo de la
verdadera esencia de la enseñanza.
[20]En la auténtica transmisión de [nuestra religión] se dice que el Dharma de
Buda (zazen), que ha sido auténtica y directamente transmitido de cara a cara, es
lo máximo. Después de un primer encuentro con un [buen] consejero ya no
necesitamos más quemar incienso, ni hacer sampai, ni recitar los nombres del
Buda, ni practicar la confesión ni leer los sutras. Sólo sentarse y entrar en el estado
que está libre de cuerpo y de espíritu. Si un ser humano, aunque sea por un breve
instante, manifiesta la postura de Buda en los tres comportamientos [9] cuando esa
persona se sienta recto en el Samadhi, el mundo entero del Dharma asume la
postura de Buda y el espacio entero se convierte en el estado de la realización
(Bodhi). Así, la práctica hace crecer la felicidad del Dharma que es el estado
original de los budas-tathagata, renovando el esplendor de su realización de la
Verdad. Además, todo a lo largo del mundo del Dharma en las 10 direcciones, la
gente de los tres o de los seis estados de existencia [10] todos, en el instante, se
vuelven puros y claros de cuerpo y de mente; experimentan el estado de la gran
emancipación (Dai Gedatsu Chi) y sus rasgos originales aparecen. Entonces todos
los dharmas experimentan y comprenden la verdadera realización y todas las cosas
ponen en práctica su cuerpo de Buda; en este instante van mas allá de los límites
de la experiencia y de la comprensión; se sientan totalmente rectos como los reyes
del árbol de la Bodhi; en un instante hacen girar la gran rueda de la Ley que se
encuentra en el estado de equilibrio sin igual [11] ; y exponen el estado último de
Prajna, profundo y sin adornos. Estos estados equilibrados y auténticos del
Despertar funcionan también en la otra dirección (la de aquél que practica)
siguiendo caminos de cooperación íntima y mística, de tal manera que esta persona
que se sienta en zazen de forma constante, consigue la libertad del cuerpo y del
espíritu, corta la raíz de los distintos puntos de vista impuros y de los pensamientos
del pasado; y así experimenta y comprende el puro y sencillo Dharma del Buda.
Por todos los infinitesimales e innumerables asientos de la verdad de los budastathagatas,
(el practicante de zazen) actualiza el trabajo de Buda y difunde su
influencia por todas partes hacia los que están predispuesto a la práctica de la Vía,
quienes a su vez se convierten en ejemplos vivos del estado verdadero,
trascendental de Buda. En este instante, todas las cosas en el universo en las diez
direcciones -el suelo, la tierra, la hierba y los árboles; las cercas, las paredes, las
tejas y los cantos- realizan el trabajo de Buda. Las personas que reciben los
beneficios producidos de esta forma por el viento y el agua, están todas
místicamente ayudadas por la maravillosa e inimaginable influencia del Buda, y
manifiestan inmediatamente el Despertar. Todas las personas que reciben y usan
este agua y este fuego difunden la influencia del estado original de la experiencia
de Buda, de manera que todos los que viven o hablan con ellos están dotados a su
vez de la virtud ilimitada de Buda. Extendiendo y promoviendo su actividad por
todas partes penetran en el interior y en el exterior del Universo entero con el
ilimitado, eterno, inimaginable e incalculable Buda-Dharma. [El estado] no resulta
mermado por las opiniones de estos mismos individuos, dado que el estado
tranquilo, sin actividad intencional, se experimenta directamente. Si separamos la
práctica y el Satori en dos etapas, como piensa la gente común, cada parte puede
ser percibida y comprendida por separado. [Pero] si se mezclan la percepción y la
comprensión, no es el estado normal de la experiencia, porque el estado normal de
la experiencia está más allá de las emociones erróneas. Así, en la tranquilidad, la
mente y el mundo exterior entran juntos en el estado de la experiencia y salen
juntos del estado de la realización (del Satori) , [estos movimientos] son el estado
de recibir y usar el ‘yo’ (del Samadhi de jijuyu zanmai). Por consiguiente,[los
movimientos de la mente y el mundo exterior] ni mueven una sola molécula ni
desplazan una sola forma, sino que cumplen el amplio y gran trabajo de Buda y su
profunda y maravillosa influencia. Hierbas, arboles, suelo y tierra alcanzados por
esta influencia que les guía irradian todos una luz radiante y su predicación del
maravilloso Dharma es sin limites. Hierbas, arboles, cercas y paredes se vuelven
capaces de enseñar a todas las personas, tanto a la gente común como a los santos;
inversamente , todas las personas, tanto la gente común como los santos, enseñan a
las hierbas, los arboles, las cercas y las paredes. El mundo de la conciencia
personal y [el mundo] de la conciencia de los objetos exteriores, no carecen de nada
–ya están dotados con la forma concreta de la experiencia directa. El estado
normal de la experiencia directa, cuando está activado, no deja ningún momento
sin utilidad. Zazen, incluso si es una única persona que se sienta un solo momento,
entra directamente en una cooperación mística con todos los dharmas (fenómenos)
y penetra totalmente todos los tiempos; de esta manera, lleva a cabo en el Universo
sin limites el trabajo eterno de la influencia del Buda que guía en el pasado, el
futuro y el presente. Para todos es exactamente la misma práctica y la misma
experiencia. La práctica no se limita a los momentos cuando estamos sentados;
golpea el espacio y resuena de la misma manera que continua el sonido de una
campana antes y después del toque. ¿Cómo la práctica podría limitarse a este
lugar?
Todas las cosas poseen la práctica original como característica innata; está más
allá de la comprensión. Recuerde que incluso si los innumerables Budas en las diez
direcciones, tan numerosos como los granos de arena del río Ganges, intentasen
con todos sus poderes y toda su sabiduría de Buda calcular o comprender el mérito
del Zazen de una sola persona, no podrían ni acercarse a una conclusión.
[26]Ahora hemos oído hasta qué punto es alto y grande el mérito de Zazen. [Pero]
algunas personas estúpidas que siguen teniendo dudas pueden todavía preguntar:
“Existen numerosas puertas para entrar en el Buda-Dharma. ¿Por qué
recomienda usted únicamente la de sentarse en zazen?”
Digo: “Porque es la puerta autentica para el Buda-Dharma.”
[Alguien] pregunta: “ ¿Por qué lo ve usted como la única puerta autentica?”
Digo: “ El Gran Maestro Shakyamuni transmitió exactamente, como la tradición
auténtica, este método sutil de asir el estado de la verdad y los tathagatas de los
tres tiempos alcanzaron todos la verdad mediante Zazen. Entonces el hecho de que
Zazen es la puerta auténtica ha sido transmitido y recibido. Además, los patriarcas
de los Cielos del Oeste y de las Tierras del Este, todos alcanzaron la verdad
mediante Zazen. Por consiguiente, yo ahora enseño [Zazen] a los seres humanos y
a los dioses como la puerta auténtica.
[27][Alguien] pregunta: “Algo que depende de recibir la transmisión auténtica del
método sutil de los tathagatas o de seguir las huellas de los maestros ancestrales,
está seguramente más allá del intelecto de la gente corriente. Sin embargo, leer los
sutras y recitar los nombres de los budas puede convertirse en causa y condición
para la iluminación. Pero sentarse como un vago, sin hacer nada, ¿cómo podría eso
ser un medio para alcanzar la iluminación?
Digo: Si usted piensa que el Samadhi de los budas, el supremo y gran Dharma, es
sentarse como un vago sin hacer nada, es usted una persona que insulta al
Budismo Mahayana. Una confusión así es tan grande que es como estar en el
océano y decir que no hay agua. [En Zazen] estamos ya sentados, estables y llenos
de agradecimiento, en el Samadhi de los budas, el Samadhi de recibir y usar el ‘yo’
(Jijuyu zanmai). ¿No constituye esto una amplia y gran virtud? Es lamentable que
sus ojos todavía no estén abiertos y que su mente permanezca en un estupor
alcohólico. En general el estado de los budas es inimaginable: la inteligencia no
puede alcanzarlo. ¿Cómo podrían conocerlo la duda y la sabiduría inferior? Sólo
es accesible para las personas que actúan correctamente y que tienen fe. Para la
gente que duda, incluso si son enseñados, es difícil recibir la enseñanza - incluso en
el Pico de los Buitres hubo personas [a propósito de las cuales el Buda dijo]: “No
pasa nada si se retiran ” [12] Como regla general cuando la fe emerge en nuestra
mente, debemos entrenarnos y aprender a través de la práctica. Si no, debemos
descansar un rato. Lamenta este hecho si quiere, pero desde los tiempos antiguos el
Dharma ha sido árido. Además, ¿conoce usted alguna virtud que se pueda
conseguir con prácticas tales como leer los sutras o recitar los nombres de los
budas? Es poco fiable pensar que sólo menear la lengua y levantar la voz tienen la
virtud del trabajo de Buda. Cuando comparamos [tales prácticas] con el Buda-
Dharma se pierden cada vez más en la distancia. Además, abrimos los sutras para
aclarar los criterios que el Buda enseñó en relación con la práctica instantánea y
gradual [13] y los que practican conforme a la enseñanza engendran
inevitablemente el estado de la experiencia verdadera. Esto es completamente
distinto a aspirar a la virtud de lograr la Bodhi agotando en vano el intelecto.
Intentar llegar al estado de la verdad de Buda [sólo] a través de la acción de la
boca, entonando cánticos estúpidamente miles y miles de veces, es idéntico a
esperar llegar a [la provincia del sur de] Etsu, dirigiendo un carro hacia el norte. O
es idéntico a intentar introducir un gancho cuadrado en un agujero redondo. Leer
frases y quedarse sin saber cómo practicar [es como] un estudiante de medicina
que olvida cómo elaborar medicamentos. ¿Qué utilidad tiene eso? Los que cantan
sin fin son como las ranas en un arrozal de primavera, croando días y noches. Al
final es inútil. Es todavía más difícil para la gente que está preocupada por la fama
y la riqueza abandonar estas cosas. La mente que ansia la riqueza está muy en el
fondo de nosotros, tanto que debió de estar presente en el pasado antiguo. ¿Cómo
no podría estar presente en el mundo de ahora?. Es lamentable. Sólo recuerden,
que cuando un practicante sigue directamente a un maestro que ha alcanzado la
verdad y clarificado la mente, y cuando el practicante alcanza ese espíritu, lo
experimenta y lo entiende, y entonces recibe la transmisión autentica del sutil
Dharma de los Siete Budas [14], entonces la enseñanza exacta aparece de manera
clara, y está recibida y mantenida. Esto está más allá de la comprensión de los
profesores del Dharma que estudian las palabras. Entonces deje usted estas dudas
y esta confusión, y siguiendo la enseñanza de un verdadero maestro, alcance
mediante la experiencia el Samadhi de los budas de recibir y usar el ‘yo’ (Jijuyu
zanmai) sentándose en Zazen y persiguiendo la verdad.
[32][Alguien] pregunta: “La Flor del Dharma [15] y la enseñanza del Sutra de la
Guirnalda [16] que ahora han sido transmitidas en este país son ambas las
máximas expresiones del Gran Vehículo. Además, en el caso de la escuela Shingon
[17] [la transmisión] pasó directamente de Vairocana a Vajra-sattva, y por lo tanto
[la transmisión de] maestro a discípulo no es fortuita. Citando los principios que se
debaten, que “ el espíritu aquí y ahora es buda” y que “ este espíritu se hace buda”
[la escuela Shingon] proclama que realizamos la verdadera realización de los cinco
budas sentándonos una sóla vez, sin pasar por numerosos kalpas de entrenamiento
Podemos decir que esto es el refinamiento último del Dharma del Buda. Entonces,
¿qué tiene de tan excelente la práctica que usted ahora recomienda en exclusiva,
apartando las otras prácticas?.”
Digo: “Recuerde, entre los budistas no discutimos acerca de la superioridad o la
inferioridad de las filosofías, ni elegimos entre la superficialidad o la profundidad
en el Dharma; sólo necesitamos saber si la práctica es auténtica o artificial.
Algunos han entrado en el corriente de la verdad del Buda invitados por las
hierbas, las flores, las montañas y los ríos. Algunos han recibido y protegido el sello
de Buda cogiendo un puñado de tierra, de piedras, de arena y de cantos. Además,
la Palabra Grande y Amplia [18] es aun más abundante que las miríadas de
fenómenos. Y el giro de la gran Rueda del Dharma está contenido en cada
molécula. Siendo esto así, las palabras “El espíritu aquí y ahora es buda” son
solamente la luna en el agua, y la idea “solamente sentarse es hacerse buda” es
también un reflejo en un espejo. No debemos dejarnos atrapar por la habilidad de
las palabras. Ahora, al recomendar la práctica donde la Bodhi (el Despertar) se
experimenta directamente, espero demostrar la sutil verdad que los patriarcas
budistas han transmitido cara a cara, y de esta manera convertirles a Vds en
personas del verdadero estado de la verdad (personas de la Vía). Además, para la
transmisión del dharma del Buda, debemos siempre tomar como profesor a una
persona que ha experimentado el estado [de Buda]. Nunca es suficiente tomar
como profesor a un erudito que cuenta las palabras; sería como el ciego que guía al
ciego: En este linaje de la auténtica transmisión de los patriarcas budistas, todos
veneramos a maestros sabios que han alcanzado la verdad y experimentado el
estado, y hacemos que se establezcan en el Dharma del Buda y que lo mantengan.
Es por eso que, cuando Shintoístas del [linaje del] yin y del yang [19] vienen a
dedicarse a la práctica, y cuando Arhats que han experimentado el efecto [20]
vienen a preguntar por el Dharma, les damos a cada uno, sin excepción, los medios
para clarificar el estado mental. Es algo que nunca se ha visto en otros linajes. Los
discípulos del Buda deben sólo estudiar el Dharma del Buda. Además, debemos
recordar que desde el principio nunca hemos carecido del supremo estado de
Bodhi, y que lo recibiremos y usaremos para siempre. Pero al mismo tiempo,
porque no podemos percibirlo directamente [21] tenemos tendencia a generar
ideas intelectuales aleatorias y, porque corremos detrás de ellas como si fuesen
(cosas) reales, pasamos en vano por delante del gran estado de la verdad, sin verlo.
A partir de estas ideas intelectuales emergen todo tipo de flores del espacio
[22]:pensamos a propósito de las doce causas de la interdependencia y a propósito
de las veinticinco esferas de la existencia, y son interminables las ideas sobre los
tres vehículos y los cinco vehículos [23] o sobre si se tiene o no se tiene [la
naturaleza de] Buda. No debemos pensar que el estudio de estas ideas intelectuales
representa el verdadero camino de la práctica budista. Por otro lado, cuando
únicamente nos sentamos en zazen, confiando ahora exactamente en la misma
postura que Buda, y dejando pasar las miríadas de cosas, entonces es cuando
vamos más allá del campo de la ilusión, de la realización, de la emoción y de la
consideración y no nos preocupan las vías de lo común y de lo sagrado. En seguida
nos estamos paseando fuera del marco intelectual, recibiendo y usando el gran
estado de Bodhi. ¿Cómo podrían aquéllos que están atrapados en la trampa de las
palabras compararse [con eso]?
[37][Alguien] pregunta : “ Dentro de los tres tipos de entrenamiento [24] existe el
entrenamiento en el estado equilibrado y dentro de las seis Paramitas existe la
Paramita de Dhyana [25] , ambos de los cuales son estudiados por todos los
bodhisattvas desde el principio y ambos de los cuales son practicados por todos los
bodhisattvas, sin tener en cuenta si son inteligentes o estúpidos. El zazen que Usted
está exponiendo ahora es seguramente idéntico s uno de ellos. ¿Por qué dice usted
que el verdadero Dharma del Tathagata está concentrado en esta [práctica de
zazen]?”
Digo: “ La pregunta aparece porque este tesoro del ojo del verdadero Dharma, el
supremo y gran método, que es el Gran Asunto [26] del Tathagata, ha sido llamado
la ‘Secta Zen’. Recuerde que este titulo ‘Secta Zen’ fue establecido en China y en el
este; no se escucha en la India. Cuando el Gran Maestro Bodhidharma permaneció
al principio en el templo de Shaolin en las montañas de Sung Shan, y miró la pared
durante nueve años, los monjes y los laicos eran todavía ignorantes del verdadero
Dharma del Buda, entonces llamaron al Maestro Bodhidharma el Braman que
hace una religión de Zazen. Después, todos los patriarcas de las generaciones
sucesivas se dedicaron constantemente a Zazen. Viendo esto, la estúpida gente
profana, sin conocer la realidad, habló de forma aleatoria de una Secta Zazen. En
nuestros días, dejan caer la palabra ‘Za ’, y hablan sólo de la Secta Zen. Esta
interpretación se ve claramente en los relatos de los patriarcas. [Zazen] no debe ser
tratado como el estado equilibrado de Dhyana en las seis Paramitas o en los tres
tipos de entrenamientos. Que este Dharma del Buda es la intención legitima de la
transmisión cara a cara nunca ha sido ocultado a través de los tiempos. En la
reunión del Pico de los Buitres en los tiempos antiguos, cuando el Tathagata dio el
Dharma al Venerable Mahakashyapa, transmitiendo así el tesoro del ojo del
verdadero Dharma y el maravilloso espíritu del Nirvana, el supremo y gran
método, sólo a él, la ceremonia estuvo presenciada directamente por seres dentro
de la multitud celestial quienes están presentes en el mundo arriba, por lo cual no
se debe de poner en cuestión. Es una regla universal que estos seres celestiales
guardan y protegen el Dharma del Buda eternamente; sus esfuerzos nunca han
menguado. Sólo recuerde que esta [transmisión de Zazen] es la entera verdad del
Dharma del Buda; nada se puede comparar con ella.
[40][Alguien] pregunta: “¿Por qué, cuando tratan de la entrada en el estado de la
experiencia, los budistas nos recomiendan practicar el estado equilibrado de
Dhyana, únicamente en la postura sentada, la cual es sólo una de las cuatro formas
de comportamiento?”
Digo: “ Es difícil de determinar todas las vías que los budas han practicado
sucesivamente desde los tiempos antiguos para entrar en el estado de la
experiencia verdadera. Si queremos encontrar una razón, debemos recordar que lo
que practican los budistas es la razón en si misma. No debemos buscar ninguna
otra razón. Pero un maestro ancestral ha elogiado [el sentarse] diciendo: ‘Sentarse
en zazen es la puerta tranquila y feliz del Dharma’ [27] . Entonces, en conclusión la
razón puede ser que, de las cuatro formas de comportamiento, [el sentarse es la
dos
budas; todos los budas y todos los patriarcas poseen esta vía.”



Y:


ZEN EL ARTE DEL TIRO CON ARCO
(EUGEN HERRIGEL)

PDF
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2 comentarios:

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