ELEFANTES EN BAZARES
(BURROS Y CONFITES)
FRASES-GROUCHO MARX
Una cita a ciegas puede convertirse en un cerdo con sombrero y un bolso de mujer.
Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio.
¿A quien va usted a creer?, ¿a mi, o a sus propios ojos?
Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.
Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.
Nunca olvido una cara. Pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.
Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!
Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún ida espero leerlo.
¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Que ha hecho la posteridad por mi?
La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.
La inteligencia militar es una contradicción en los términos.
Una mañana me desperté y maté a un elefante en pijama. Me pregunto como pudo ponerse mi pijama.
La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien enciende la televisión, voy a la biblioteca y me leo un buen libro.
He pasado una noche estupenda. Pero no ha sido esta.
Debo confesar que nací a una edad muy temprana.
O usted se ha muerto o mi reloj se ha parado.
Recordad que estamos luchando por el honor de esa mujer, lo que probablemente es más de lo que ella hizo jamás.
Partiendo de la nada alcance las mas altas cimas de la miseria.
Citadme diciendo que me han citado mal.
El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución.
La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.
Bebo para hacer interesantes a las demás personas.
Solo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", sabes que es un corrupto.
¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.
¿Servicio de habitaciones? Mándenme una habitación mas grande.
La política no hace extraños compañeros de cama. El matrimonio sí.
El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho.
Soy tan viejo que recuerdo a Doris Day antes de que fuera virgen.
Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente esta demasiado oscuro para leer.
No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo.
Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, esta su esposa.
El matrimonio es la principal causa de divorcio.
Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.
Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.
¿Pagar la cuenta?... ¡Qué costumbre tan absurda!
Nunca voy a ver películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína.
Me casé por el juzgado. Debería haber pedido un jurado.
Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida... lo cual no dice mucho en mi favor.
Hasta luego cariño... ¡Caramba!, la cuenta de la cena es carísima... ¡Es un escándalo!... ¡Yo que tú no la pagaría!
Señorita... envíe un ramo de rosas rojas y escriba "Te quiero" al dorso de la cuenta.
El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida... y luego ya no hay quien se lo quite de encima.
No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.
Está loca por mí. ¡Qué mujer no lo está! Yo sé que va usted a preguntarme cuál es mi secreto... ¡Voto al diablo que sois osado! El secreto es no darles a entender que se las quiere. No ir nunca tras ellas. Que ellas vayan detrás de ti. Hay que avivar el cariño del amor con el abanico de la indiferencia... (Los Hermanos Marx en el Oeste)
Oh! Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer... Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz.
¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
- ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? - Amo a mi marido. - A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.
M. Dumont: Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa? Groucho: Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad? M. Dumont: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí. Groucho: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.
- ¿Me lavaría un par de calcetines? (...) Es mi forma de decirle que la amo, nada más.
Cásate conmigo y nunca más miraré a otro caballo.
No permitiré injusticias ni juego sucio, pero, si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared... ¡Y daremos la orden de disparar!
¡Cavar trincheras! ¡Con nuestros hombres cayendo como moscas! No tenemos tiempo para cavar trincheras. Las tendremos que comprar prefabricadas.
"Chico: Un coche y un chófer cuestan demasiado. He vendido mi coche. Groucho: ¡Qué tontería! En su lugar, yo hubiera vendido el chófer y me hubiera quedado con el coche. Chico: No puede ser. Necesito el chófer para que me lleve al trabajo por la mañana. Groucho: Pero, ¿cómo va a llevarle si no tiene coche?. Chico: No necesita llevarme. No tengo trabajo."
Oiga mozo, ¿y no sería más fácil que en lugar de intentar meter mi baúl en el camarote, metiera mi camarote dentro del baúl?
Perdonen que no me levante. (Epitafio de Groucho)
Que de le den el 10% de mis cenizas a mi promotor artístico.
Mi madre adoraba a los niños. Hubiera dado cualquier cosa porque yo lo fuera.
Si quisiera un centavo rompería la hucha de mi hijo -si tuviera un hijo-.
Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la única posibilidad de beber algo a media noche sin pisar al gato.
Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero.
Es una tontería mirar debajo de la cama. Si tu mujer tiene una visita, lo más probable es que la esconda en el armario. Conozco a un hombre que se encontró con tanta gente en el armario que tuvo que divorciarse únicamente para conseguir donde colgar la ropa.
Dices que conociste a John en un ascensor, y mi pregunta es: ¿subía o bajaba? Esto es muy importante porque, cuando bajamos en un ascensor, siempre tenemos una sensación de vacío en el estómago que a veces puede confundirse con amor. En cambio, si subía, se trata de un caso claro de flechazo a primera vista, y también demuestra que John es un joven en periodo de ascenso. (De una carta a su hija Miriam)
Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…
Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas.
En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste.
He disfrutado mucho con esta obra de teatro, especialmente en el descanso.
¿hasta dónde va la acción de una semilla?.
Volvamos a los estoicos. Su ejemplo favorito es: ¿hasta dónde va la acción de una semilla?. Una semilla de girasol perdida en un muro es capaz de hacer saltar ese muro. ¿"Hasta dónde va la semilla de girasol" quiere decir hasta donde va su superficie? No. Su superficie está ahí donde termina la semilla. En su teoría del enunciado, dirán que eso enuncia exactamente lo que la semilla no es, es decir, dónde la semilla ya no es. Pero sobre lo que es la semilla eso no nos dice nada. Dirán de Platón qeu, con su teoría de las ideas, él nos dice muy bien lo que las cosas no son, pero no nos dice nada sobre lo que las cosas son.
Los estoicos salen triunfantes: las cosas son de los cuerpos; de los cuerpos y no de las ideas. Esto quiere decir que las cosas son acciones. El límite de algo es su acción, y no el contorno de su figura. Un ejemplo aún más simple: ud camina en el bosque tupido, tiene miedo; avanza y poco a poco el bosque se aclara, usted está contento; llega a ese punto y dice "uf, he aquí el lindero". El lindero del bosque es un límite. ¿Eso quiere decir que el bosque se define por su contorno? ¿Es un límite de qué? ¿Es un límite de la forma del bosque? Es un límite de la acción del bosque. Es decir que el bosque, qeu tenía tanta potencia, llega al límite de su potencia; ya no puede agarrarse a la tierra, se aclara, se despeja.
Lo que muestra que no es un contorno es que ud no puede indicar el momento preciso en que ya no es más bosque. Esta vez el ímite no es separable de una especie de tensión hacia el límite. Es un límite dinámico que se opone al contorno. La cosa sólo tiene el límite de su potencia o de su acción. La cosa es entonces potencia y no forma. El bosque no se define por una forma, se define por una potencia: potencia de hacer proliferar a los árboles hasta el momento en que ya no puede más. La unica pregunta por hacer al bosque es ¿cuál es tu potencia? Es decir, ¿hasta dónde irás?.
En medio de Spinoza. G :D pag. 106-107
¿POR QUÉ CRUZÓ EL POLLO LA CARRETERA?
RESPUESTAS
PROFESOR DE E.G.B.: Porque quería llegar al otro lado.
PROFESOR DE SECUNDARIA: Aunque se los explique, queridas bestias, no podrán entenderlo.
PROFESOR DE FACULTAD: Para saber por qué el pollo cruzó la carretera (tema que se incluirá en el parcial de mañana), lean los apuntes desde la página 2 a la 3050.
BUDA: Preguntar eso niega tu propia naturaleza de pollo.
MOISÉS: Y Dios bajó de los cielos y le dijo al pollo... "Cruza la carretera". Y el pollo cruzó la carretera y todos se regocijaron.
SÓCRATES: ¿Sabes qué es un pollo?.
PLATÓN: Porque buscaba salir de la caverna.
ARISTÓTELES: Está en la naturaleza de los pollos cruzar la carretera.
HIPÓCRATES: Debido a un exceso de humores en sus páncreas.
SANTO TOMÁS: Para descubrir la escencia y existencia de la carretera.
MAQUIAVELO: La cuestión es que el pollo cruzó la carretera. ¿A quién le importa por qué?. El fin de cruzar la carretera justifica cualquier medio.
CRISTÓBAL COLÓN: Para ir donde ningún pollo ha estado antes.
DESCARTES: El pollo cruzó la carretera y luego existió.
SHAKESPEARE: Para ser.
HUME: Buscaba una experiencia sensible.
KANT: Porque quería descubrir más allá del fenómeno "neumo" de la carretera.
QUESNAY: Porque buscaba más tierra.
HUSSERL: Fenomenológicamente, el pollo debe descubrir el camino.
NITZSCHE: El pollo ha muerto... ¡Viva la carretera!.
HEGEL: Hay una relación dialéctica entre el pollo y la carretera.
ENGELS: ¿Por qué no cruzó el pollo la carretera?.
MARX: Era una inevitabilidad histórica.
DARWIN: A lo largo de grandes períodos de tiempo los pollos han sido seleccionados naturalmente de modo que ahora tienen una disposición genética a cruzar carreteras.
ALBERT EINSTEIN: Si el pollo ha cruzado la carretera o la carretera se ha movido debajo del pollo depende de tu marco de referencia.
ANTONIO GRAMSCI: Para hacer la revolución cultural de la carretera.
SIGMUND FREUD: El hecho de que estés preocupado porque el pollo cruza la carretera revela tu inseguridad sexual.
HEINRICH RICKERT: Para hacer la hermenéutica de la carretera.
HEMINGWAY: Para morir. Bajo la lluvia.
BORGES: Porque salió del laberinto y no quiso meterse en las ruinas circulares.
HEIDEGGER: Porque está-en-el-mundo y hubo una referencia significativa con la carretera... se le interponía en su camino.
JEAN PAUL SARTRE: Porque era libre.
LYOTARD: Porque la carretera es muy postmoderna.
MICHEL FOUCAULT: Para descubrir cual es la estructura del poder de la carretera.
ETA: La carretera representa a los vascos. El pollo cruzó a los vascos para pisotearlos y mantenerlos sometidos.
MARTIN LUTHER KING: Veo un mundo en el que todos los pollos serán libres de cruzar la carretera sin que sus motivos se pongan en cuestión.
FIDEL CASTRO: Porque lo perseguía un yankie.
RONALD REAGAN: Se me ha olvidado.
BILL CLINTON: El pollo no cruzó la carretera. Repito: el pollo no cruzó la carretera.
SADDAM HUSSEIN: Fue un acto de rebelión no provocado y el que lancemos 50 toneladas de gas nervioso estuvo plenamente justificado.
BILL GATES: Acabo de lanzar el Pollo Office 2000 que no solo cruza carreteras sino que pone huevos archiva tus documentos importantes y encuadra tus cuentas.
ANDERSEN CONSULTING: La desregulación del lado de la carretera del pollo amenazaba su posición dominante en el mercado. El pollo se enfrentaba a importantes retos para crear y desarrollar las competencias necesarias para encarar la competitividad del mercado.
Andersen Consulting, en una relación de socio con el cliente, ayudó al pollo rediseñando su estrategia de distribución física y procesos de implantación. Empleando el método de integración avícola MIA, Andersen ayudó al pollo a emplear sus habilidades, metodología, conocimiento, capital y experiencias para alinear a los recursos humanos, procesos y tecnología del pollo en el apoyo de su estrategia global dentro de un marco de trabajo de Gestión de Programas. Andersen Consulting convocó un equipo multidisciplinar de analistas de carreteras y los mejores pollos que, junto con consultores de Andersen con profundas habilidades en la industria del transporte, abordaron durante dos días una serie de reuniones al objeto de apalancar su capital personal de conocimiento (tanto explícito como implícito) y de permitirles obtener sinergías entre sí para conseguir las metas implícitas de la entrega y diseño exitoso e implementando un marco de valores de empresa a través del continuo de procesos avícolas. Las reuniones se mantuvieron en un entorno de alto impacto que estaba estratégicamente situado centrado en la industria y elaborando un mensaje consistente claro y único frente al mercado alineado con la misión, visión y valores principales del pollo. Esto condujo a la creación de una solución integradora de negocio total. Andersen Consulting ayudó a que el cambio del pollo fuese más exitoso.
SUSANA GIMÉNEZ: ¡Agárrenlo!, ¡se lleva el Mercedes y los dólares!.
MARIANO GRONDONA: Teniendo en cuenta la reflexión de Aristarco, bla, bla, bla, bla, bla...
CARLOS SAÚL MENEM: El pollo va bien. Cruzará mejor.
GRACIELA FERNÁNDEZ MEIJIDE: Vamos a investigarlo.
RAÚL ALFONSÍN: ¡Felices pascuas!, ahora que ha cruzado la carretera... ¡el pollo está en orden!
EDUARDO DUHALDE: El que ha depositado pollos, recibirá pollos; el que ha depositado carreteras, recibirá carreteras.
NORBERTO VOLANTE: El pollo cruzó la carretera porque consiguió salir del corralito.
FRANCISCO VARELA: El pollo cruzó la carretera porque era "autopoyético".
FRITZ PERLS: El pollo cruzó la carretera porque los seres vivos tienen sabiduría "autoorganísmica".
TÍTULO DE TAPA DE LA NACIÓN: Habría cruzado la
carretera un pollo.
TÍTULO DE PÁGINA 12: Listo el pollo.
TÍTULO DE CRÓNICA TV: Pollo asesino cruza la carretera de la muerte... ¡imágenes sin procesar!
O GLOBO: Mayor frango do mundo consegui atravesar a
rodovia.
REVISTA XXIII: Menem y el pollo: los oscuros
corredores de esta relación impropia. ¿Qué hay detrás
del negocio de las carreteras? Informe exclusivo:
gallinas y pollitos que reciben maíz del Estado.
¿Quiénes son los que se llevan los huevos?
REVISTA CARAS: Toda la intimidad del pollo: "SOLO
NECESITO UN AMOR PARA QUE MI ÉXITO SEA COMPLETO.
JOSÉ SOFISMA: Todos los pollos cruzan carreteras. El pollo cruzó la carretera. Todos los pollos son carreteras.
SOPORTE TÉCNICO: Yo desde acá no veo que haya cruzado la calle. Reseteá el pollo y si lo seguís viendo que cruza, formateate la carretera".
Pollo Windows 2000: Cruzará la carretera en junio. No, en agosto. No, seguramente en septiembre, ... mejor dicho, lo hará cuando esté listo...
Pollo OS/2: Cruzó la carretera hace unos años pero nadie lo había notado.
Pollo Microsoft: Está en ambos lados de la carretera... se compró la carretera...
Pollo Netscape: Está parado en la mitad de la carretera gritando que el pollo de Microsoft no le deja cruzar.
Pollo Apple Macintosh: Cruzó la carretera hace muchísimo tiempo y todavía reclama que fue el primero y que los demás pollos le robaron la idea.
Pollo Linux: Sólo un experto en pollos puede lograr que cruce la carretera...
Pollo Delphi: El pollo se arrastra por la carretera y se suelta en el otro lado.
Pollo Visual Basic: nzHighways!TheRoad.cross (aChicken)
Pollo Ensamblador: Primero construye la carretera.
Pollo C: Cruza la carretera sin mirar hacia los dos lados.
Pollo C++: No hace falta que cruce la carretera, es suficiente con dejar un puntero en el otro lado.
Pollo OOP (Programación orientada a Objetos): Tampoco necesita cruzar la carretera, simplemente manda un mensaje.
Pollo Java: Si necesitas tener un pollo en el otro lado de la
carretera, puedes descargarlo del servidor.
PAREJA ACOSTADA EN ESA CAMA CHINA LARGAMENTE REMOTA-(poesía)- Gonzalo Rojas
1. Hablando de dioptrías, Mafalda era la ciega y yo el ciego, compartíamos la misma música arterial,y cerebral, llorábamos de risa ante el espectáculo de los dos espejos, el dolor nos hace cínicos, este Mundo decíamos no es yámbico sino océanico por comparar farsa y frenesí: gozosa entonces mi desnuda me empujaba riente como jugando al límite del barranco casi fuera de la cama alta de Pekín, como apostando a la peripecia de perder de dinastía en dinastía, cada vez más y más al borde del camastro de palo milenario y por lo visto nupcial, cada vez más lejos del paraíso de su costado de hembra larga de tobillo a pelo entre exceso y exceso de hermosura y todo, ¡claro! por amor y más amor, tigresa ella en su fijeza de mirarme lúcida, fulgo rcontra fulgor, y yo dragón hasta la violación imantante, ¡diez minutos sin parar, espiándonos,líquidamente fijos, viéndonos por dentro como ven los ciegos, de veras, es decir nariz contra nariz, soplo contra soplo,para inventarnos otro Uno centelleante desde el mísero uno de individuo a individua, a tientas,costillas abajo! -El que má saguanta es el que sabe menos, pudiera acaso decir el Tao.Este Mundo repetíamos y acabámos sin más no es yámbico sino oceánico. Otras veces llovía duro, lo que más llovía eran lágrimas. Ma-fal-da, digo ahora entrecortado,y esto va en serio,¿qué habrá sido de Mafalda?
2. Pues de cuantas amé, amé a Mafalda,y que me despedacen las estrellas!, la amé volandera en la lluvia de la Diagonal, bufanda al viento, de una Concepción que yo no más me sé, la esperé ahí anclado y desollado hasta que volviera la Revelación cuya encarnación se da una sola vez, bajé al Inferno de la costumbre, a mis años de galeote en USA bajé, entre doctos y mercaderes, no hubo para mí en el plazo más que mi Beatrice Villa sin arcancielo, cumbre y cumbre hasta la asfixia,ni tersura paridora al itálico modo,ni otra ni otra, ni esbeltez comparable, ni olorosa a la velocidad de ser,ni pensamiento de diamante,ni exacta de exactitud de mujer, ¡Frida acaso que fue Diego hasta el fin!
3. Otros la amaron pero yo la vi,otros la amarán sin alcanzar nunca a verla,otros y otros dirán que la durmieron entre las sábanas del placer, nadadora y libertina en el oleaje de las tormentas,madona de las siete lunas dirán por despecho,cambiantes cada 28 8 de sus días terrestres,tornadiza y veloz, ;déjenla intacta como es, que escriba su bitácora de vuelo interminable para mí,que arda y arda en mi corazón, que dance su danza de danzar,libérrima!
4. Y en cuanto a mí,¿cómo lo diría Matta?, consíguete una vida de 80 años porque la vida empieza a los 70,así al morir ya se sabe Je m’en fous, Roberto: palabras perdedoras,puras palabras, vejeces de palabras malheridas.No hubo tiempo entre nosotros,nunca hay tiempo ni distancia, todo es posible entre dos locos que se ven a cada instante.Relámpago es lo que hubo esa vez de Concepción de Chile y nada más que relámpago,figura de lo instantáneo hubo de lo que pende el Mundo, y eso está escrito.La amo, ¿y qué?Soy el ciego que ama a su ciega.
Las grandes damas del Sur
fUEBTE:http://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/las-grandes-damas-del-sur/23564
La escritora estadounidense Eudora Welty, fotografiada en 1992.
Otras mujeres (Impresa)
La gran literatura norteamericana del siglo XX no sería la misma sin la perversa imaginación de cuatro portentosas escritoras sureñas: Katherine Anne Porter, Carson McCullers, Flannery O'Connor y Eudora Welty.
Por: Oscar Guisoni
"La ley de esta familia es la ocultación”, sostiene uno de los personajes de la nouvelle Familia de Eudora Welty. Y también lo es el infierno, la naturaleza maléfica, las personas monstruosas y deformes, las citas bíblicas de personajes obsesionados con la religión, los escuálidos y famélicos seres humanos que dejó en las calles la crisis del 30, las prostitutas embarazadas, los negros que acaban casi siempre en la cárcel o en el crimen, las familias trágicas por siempre jamás, todos ellos surgidos de la imaginación dulce y perversa a la vez de un puñado de mujeres escritoras que alumbró el siglo XX norteamericano y que quedarán en la historia grande de la literatura como parte central de eso que se dio en llamar el “gótico sureño”, un estilo con gran influencia en la literatura latinoamericana contemporánea.
No hay ninguna foto que las reúna a todas. En algunos casos porque entre ellas no se llevaban bien —Flannery O’Connor detestaba a Carson McCullers—, en otros porque llevaban una vida fuera de las grandes luces —Eudora Welty—, o porque tenían una existencia enloquecida e inquieta —Katherine Anne Porter— en la que apenas había tiempo para detenerse a ser fotografiadas y, por encima de todo, porque ninguna de ellas se consideraba parte de una misma historia como las entiende hoy la crítica contemporánea. Lo cierto es que para unir a las cuatro grandes damas del Sur bajo un mismo techo hay que comenzar haciendo un esfuerzo de imaginación y cronología.
Katherine Anne Porter
El coraje es un requisito esencial
Si de todas ellas el río Mississippi fue el gran padre, por su impulso y su espíritu guerrero que la llevaba del profundo Sur a Europa y de París al México revolucionario como si estuviera paseando por el mundo, Katherine Anne Porter es quizá la madre inicial. En torno a su vida existen tantas leyendas como verdades respira su obra. Algunas las alimentó ella misma, como la que dice que comenzó a escribir cuando tenía apenas seis años y ya no se detuvo nunca más, y otras sus amigos, como la que cuenta que fue un conocido editor el que la animó a publicar su primer historia, María Concepción, en 1920, porque no quería seguir oyéndola hablar tanto.
Como le contó una vez en una entrevista a la norteamericana Barbara Thompson publicada en The Paris Review, comenzó a escribir porque “en nuestra familia siempre hemos sido grandes escritores de cartas, lectores y narradores orales. Todos ellos eran grandes narradores de historias y cada historia tenía forma, sentido y objeto.” Rebelde por antonomasia, a los 16 años Katherine se escapó de su hogar, se casó aunque por poco tiempo, y comenzó su larga e interminable lista de trabajos extravagantes: fue periodista, actriz de segunda en el cine, y hasta anduvo rondando por Texas y Louisiana cantando baladas escocesas “con vestuario típico que yo misma confeccioné”. Al finalizar la Primera Guerra Mundial se contagió la terrible gripe española que estuvo a punto de costarle la vida y a partir de ese momento su vida cambió para siempre.
Conocer de cerca la muerte le quitó todo los miedos y en 1921 se fue a México con la intención de estudiar el arte azteca y maya, y terminó metida de lleno en la Revolución de Obregón, “fue una época terriblemente excitante, llena de vida y al mismo tiempo de muerte” dirá años más tarde. México le producirá una huella tan fuerte que gran parte de sus cuentos los ubicará más tarde al sur del río Bravo y muchos de sus personajes trágicos beberán de ese mundo de rancheras y balas que tanto le fascinó.
Su obra es escasa e intensa y está poblada de esclavos, revolucionarios de ambigua moral, monstruos deformes y viejos adorables. Sus mejores libros de cuentos son Judas en flor y otros relatos (1930), Pálido caballo, pálido jinete (1965) y La torre inclinada (1944), por los que recibió el premio Pulitzer en 1966. Su única novela, La nave de los locos (1962), fue llevada al cine por Stanley Kramer en 1965. Cuando le llegaron las canas decidió lucir su blanca cabellera como un signo de identidad y así se sostuvo hasta su muerte en 1980, casi centenaria, altiva y jovial como había vivido, con el coraje como “primer requisito esencial”, como le gustaba recordarle a los nuevos autores que buscaban su consejo.
Carson McCullers
La niña eterna de mirada trágica
Si Katherine es la gran madre, Carson es la adolescente perpetua. Su debut literario en 1940 con El corazón es un cazador solitario, cuando apenas tenía 23 años, es considerado todavía hoy uno de los más formidables comienzos de la historia de la literatura. Sus personajes bizarros, siniestros y tiernos a la vez, de los que el mudo John Singer en El corazón… no es más que la perfecta suma, son hijos predilectos del gótico que ella misma teorizó, ligando la literatura del Sur a los clásicos rusos, literaturas hermanadas porque “tanto en la Rusia de los zares como hasta el momento presente en el Sur, una característica dominante ha sido el escasísimo valor de la vida humana”.
Sus narraciones claman contra la soledad y el racismo, y están llenas de borrachos filósofos y negros que les ponen a sus hijos el nombre de Karl Marx. Mucho para una narradora que tocó la fama tan joven y a la que la celebridad le cobró un caro precio.
Al año después de la publicación de El corazón… Carson sufre un ataque cerebral que la dejó con medio cuerpo paralizado. Separada de su marido, Reeves McCullers —su verdadero nombre era Lula Carson Smith— Carson se sumerge en una tormentosa relación con la escritora suiza Annemarie Schwarzenbach y comienza a naufragar en el alcohol. Al año siguiente de su debut publica Reflejos en un ojo dorado, una novela breve que John Houston llevará al cine en 1967, con Marlon Brando y Elizabeth Taylor de protagonistas, y que narra la historia de un militar homosexual casado con una mujer obviamente insatisfecha y que es considerada una de las cumbres narrativas de Carson. A Houston se le debe un célebre recuerdo de McCullers, semiparalizada en su cama mientras habla con el director, siempre pegada a su vaso de whisky.
Sus problemas de salud y la muerte de su amante en un accidente de bicicleta, hacen que McCullers no vuelva a escribir hasta 1946, cuando presenta Frankie y la boda, que por iniciativa de su amigo Tennessee Williams se transforma en obra de teatro, con gran éxito en Broadway. El año antes se ha vuelto a casar con Reeves que, arrastrado por la depresión y el impacto que le produce ver la decadencia física de su mujer, intenta convencerla para que se suiciden juntos, algo que él hará por su cuenta unos años más tarde.
En 1951, luego de haber sufrido dos leves infartos, Carson da a luz esa obra maestra del relato que es La balada del café triste, una serie de cuentos magistrales en los que están presentes las constantes de su obra: el sexo atormentado, el pavor a la soledad, el odio que le produce el racismo sureño. Diez años más tarde, en 1961, publica Reloj sin manecillas, sin duda la más pobre de sus narraciones, a la que la crítica destroza sin piedad. Al año siguiente es operada de cáncer de mama. McCullers muere finalmente, con apenas cincuenta años y tras un infarto masivo, en 1967. Deja como herencia su autobiografía inacabada, Iluminación y fulgor nocturno, un texto de alto vuelo y profunda emotividad, a la altura de sus mejores páginas literarias.
Eudora Welty
La hija de la Gran Depresión
De todas es sin duda la menos conocida, sobre todo en lengua española donde su obra naufragó en el olvido hasta que la rescató recientemente Lumen, con la publicación de sus Cuentos completos (2009) e Impedimenta, que tradujo por primera vez al español La hija del optimista (2009), la novela que la hizo acreedora de un Pulitzer en 1973. Pero a Eudora Welty le sobran los méritos para estar entre las cuatro grandes de la literatura sureña del siglo XX. Hija de una familia de clase media —su madre era maestra, su padre vendedor de seguros—, Eudora vivió una experiencia extrema en los años 30, cuando comenzó a trabajar como fotógrafa para la Works Progress Administration, la agencia creada en el marco del New Deal para tratar de frenar los efectos desastrosos de la Gran Depresión sobre el empleo. Gracias a este trabajo recorrió el Sur registrando con su lente el paisaje desolado que había dejado la crisis, una marca indeleble que se haría presente en su obra, cuando una década después decidiera dejar la fotografía para dedicarse a la literatura, publicando en 1941 Una cortina de follaje, su primer libro de cuentos. Katherine Anne Porter quedó fascinada con su obra cuando la leyó y se transformó en su madrina artística.
Si McCullers deja un profundo rastro con su manera emotiva de narrar, Welty sorprende por lo refinado de su técnica. Sus cuentos, que merecieron el elogio del gran padre de todas ellas, William Faulkner, que le envió una vez una escueta carta en la que le decía simplemente “sigue haciéndolo así”, han suscitado la admiración de escritores como Sergio Pitol: “su lectura desde hace muchos años me produce una fascinación próxima al delirio” y ha calificado sus cuentos como “un desfile de presencias diminutas, paródicas, trágico-grotescas, que se mueven como marionetas trepidantes”.
Welty, cuyo cuento más célebre es sin duda “Por qué vivo en la oficina de correos” —relato en cuyo honor el creador del software de correo electrónico Eudora le puso ese nombre a su programa—, destacó también en el ámbito de la novela, entre las que sobresalen Delta Weddin (1946), The ponder heart (1954) y Losing battles (1970) además de La hija del optimista ya mencionada. Aunque serán sus cuentos los que quedarán en el recuerdo: La red grande (1943), Las manzanas doradas (1949) y La novia del Innisfallen (1955) están destinados a formar parte de cualquier antología de narradores norteamericanos del siglo XX.
Flannery O`Connor
La sabiduría de la sangre enferma
Es, sin dudas, la más perturbadora de todas las damas del Sur. Nacida en el seno de una acomodada familia de ascendencia irlandesa, Flannery O’Connor es la que lleva marcada en la sangre el dolor del sufrimiento personal y la tortura de un catolicismo agobiante que en sus páginas se vuelve tragedia griega. Sus primeros cuentos los publicó en 1947, con apenas 22 años, pero sería su novela Sangre sabia, que vio la luz en 1952, la que le valió el reconocimiento de la crítica.
Aquejada desde muy joven de lupus, una enfermedad degenerativa que también padecía su padre, y que le terminó causando la muerte muy joven, Flannery casi no conoció el mundo y el poco que pudo transitar lo hizo sobre muletas, padeciendo horrorosos dolores en las piernas provocados por la sangre enferma que corría entre sus venas. Pero el verdadero dolor lo llevaba en el alma y estaba muy emparentada a esa culpa congénita que suelen sentir los católicos irlandeses extremos en tierra ajena. En Sangre sabia son la religión, la redención y la culpa los verdaderos protagonistas de la desquiciada historia de un predicador que pierde la vista antes de ser asesinado en medio de un ambiente de locura religiosa que despertará las iras de la puritana sociedad norteamericana.
La enfermedad la obligó a retornar al hogar paterno, la cocina en la que se forjaron todos sus dolores espirituales y desde allí, mientras se dedicaba a criar pavos reales, escribió una serie de cuentos que dejaron anonadada a la crítica en 1955, publicados bajo el nombre de Es difícil encontrar a un hombre bueno. En estos textos es una vez más el primitivismo religioso el que manda sobre una serie de desafortunados personajes capaces de transitar el delgado camino que lleva de la locura a la muerte bajo la señal de la cruz sureña.
En 1960 publica la novela El cielo es de los violentos, protagonizada por un falso mesías irascible que recorre el mundo atormentado por un delirio místico que no puede controlar. Y en 1965, un año después de su muerte, llega a las librerías su último libro de cuentos, Todo lo que crece tiene que converger, una obra maestra de la narrativa norteamericana del siglo XX que representará su consagración definitiva. Sus textos abren la puerta a escritores posteriores, como Raymond Carver, Sam Shepard o Cormac McCarthy y han producido una gran influencia también en el cine, donde personajes siniestros comos el Robert de Niro de El cabo del miedo o el Robert Mitchum de La noche del cazador no hubieran sido posibles sin la luz —o valdría más bien decir la oscuridad y la maldad— que inspiran sus ficciones.
THELONIOUS MONK
De inteligencia rápida, Thelonious Sphere Monk (Rocky Mount, 1917 – Weehawken, 1982) se instruye musicalmente con unos cuantos paseos por la iglesia baptista y las enseñanzas captadas al vuelo durante las lecciones de solfeo que recibe su hermana. El autodidacto se niega a perder el tiempo cuando se le asigna un profesor; ya descifra los pasajes más intrincados de cualquier partitura, intenta melodías propias en el piano, prueba variaciones.
A la edad de siete años llega a Nueva York, en cuyas casillas radiales le toca la suerte de tener como vecino al único maestro que reconoce: James Price Johnson, pianista de formación clásica y rey del stride (estilo derivado del ragtime). Aún inexperto, Monk gana un concurso y emprende la primera gira antes de adentrarse en los locales neoyorquinos donde se celebran las sesiones de improvisación musical. El Minton´s Playhouse es la base de operaciones nocturnas. Desde el principio, Thelonious Monk contribuye con su ración inesperada de disonancias y virtuosismos, a los que a menudo añade el ingrediente de un fallo deliberado. El error, un condimento para sazonar la belleza de su música.
En los años cuarenta, trabaja en las bandas de los trompetistas Cootie Williams y Dizzy Gillespie. En 1947 graba ya discos en solitario y, en 1951, cuando todo está bien encarrilado, una de tantas historias de consumo ilegal de drogas lo lleva a la prisión, en compañía del pianista Bud Powell. Y surge la persona que va a protegerlo hasta el final, la baronesa Nica de Koenigswarter, con la que forma una pareja que parece una combinación de personalidades tan contradictorias como los ingredientes de su música. La aristócrata y el artista algo embarrado van a complementarse con fidelidad. Pasado el tiempo, ¿qué jazzman disputa a Thelonious Monk las señales de lo aristocrático?
Adiós a la cárcel. También se despide de los clubes, porque la policía le prohíbe la entrada en ellos durante seis años. Y al quitarle el permiso de trabajo espolean su capacidad productiva: compone, da vueltas por París y se detiene en los estudios de grabación, rinde homenaje a Duke Ellington, colabora con Sonny Rollins y Miles Davis. Hay una anécdota inflada sobre los conflictos con Davis, quien lo acusa de no saber acompañar a un trompetista. Es verdad que Monk preserva su individualismo, y solamente el alma gemela de John Coltrane se acopla sin renuncias al pianista egocéntrico.
Sufrirá otras sanciones policiales, pero el talento seguirá libre en una discografía amplia: The composer, Brillant corner, Blue Monk, The way you look tonigtht, The London collection… Una obra tan personal que no admite discípulos. A lo sumo, sacrificios, de los que es ejemplo el saxofonista tenor Charlie Rouse, que permanece al lado de Monk desde 1959 hasta 1970, y por fin se aleja para esfumarse en el arte dramático.
Los últimos diez años de vida los pasa recluido y en silencio, siempre bajo la custodia de su baronesa. El mutismo contemplativo, una nueva nota fallada voluntariamente, realza el enigma del personaje.
Bastantes críticos dicen que debemos colocar a Thelonious Monk entre los compositores principales del siglo XX. Pero lo afirman con miedo, casi de tapadillo, no vayan a molestarse los magistrados sacerdotales que presiden la nobleza musical.
FRANCISCO JAVIER IRAZOKI
(Del libro “La nota rota”; Hiperión, 2009)
MARIANNE MOORE
LA POESÍA
A mí también me disgusta, hay cosas que son importa-
ntes, más que todo este violineo.
leyéndola, no obstante, Con perfecto desprecio por ella,
se descubre que hay en
ella, después de todo, lugar para lo genuino.
Manos que pueden agarrar, ojos
que pueden dilatarse, pelo que puede erizarse,
si debe; estas cosas son importantes, no porque una
altisonante interpretación pueda encajarse sobre ellas,
sino porque son
útiles; cuando se vuelven derivativas hasta volverse
ininteligibles,
la misma cosa puede decirse de todos nosotros que nos-
otros
no admiramos lo que
no podemos entender; el vampiro,
colgado cabeza abajo o en busca de algo que
comer; los elefantes , empujando, un caballo salvaje,
revolcándose; un incansable lobo, bajo
un árbol; el inconmovible críticio que sacude su
piel como un caballo al sentir una pulga; el base-
bal-fan, el estadístico;
ni es válido
hacer una discriminación contra "documentos comer-
ciales y textos escolares"; todos estos fenómenos son
importantes. Debe hacer una distinción,
sin embargoo; cuando son arrastrados a prominencia por
semipoetas, el resultado no es poesía,
ni hasta que los poetas entre nosotros puedan ser
"literalistas de
la imaginación", por encima de
insolencia y trivialidad, y puedan presentar
a inspección imaginarios jardines con verdaderos sapos
en ellos, tendremos-
la. Entretanto, si pedís, por una parte,
la materia prima de la poesía en
toda su crudeza
la que es, por otra parte,
genuna, entonces estáis interesados en la poesía.
TALISMAN
En un mástil quebrado
por el mar arrojado
junto a la nave rota,
un pastor tropezó
y en la arena encontró
una gaviota
de lapizlázuli, fino
amuleto marino
con alones abiertos,
crispadas garras de coral
y pico en alto para saludar
a los marineros muertos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario