Fernando Pessoa

(fragmentos)

Toda la vida del alma es un movimiento en la penumbra. Vivimos en un titilar de la conciencia, nunca seguros de lo que somos o de lo que suponemos ser. En los mejores de nosotros vive la vanidad de algo, y hay un error cuyo ángulo ignoramos. Somos algo que ocurre en el intervalo de un espectáculo; a veces, a través de ciertas puertas, entrevemos lo que tal vez no sean sino bastidores. Todo el mundo es confuso, como voces en la noche.


(Fragmento extraído del LIBRO DEL DESASOSIEGO: Compuesto por Bernardo Soares, auxiliar de tenedor de libros en la ciudad de Lisboa. Traducción de Santiago Kovadloff. Emecé Editores)


La metafísica me pareció siempre una forma prolongada de locura latente. Si pudiésemos conocer la verdad, la veríamos; todo lo demás es sistema y alrededores. Nos basta, si pensamos, la incomprensibilidad del universo; querer comprenderlo es ser menos que hombres, porque ser hombres es saber que no se comprede.Me traen la fe como un paquete envuelto en una ovación ajena. Quieren que lo acepte pero que no lo abra. Me traen la ciencia como un cuchillo en un plato con el que abriré las hojas de un libro de páginas en blanco. Me traen la duda como polvo dentro de una caja, ¿pero para que me traen la caja si en ella no hay más que polvo? A falta de saber, escribo...

(Fragmento de "LIBRO DEL DESASOSIEGO, compuesto por Bernardo Soares, auxiliar de tenedor de libros en la ciudad de Lisboa". Traducción de Santiago Kovadloff, Emecé Editores)


XXXIX



El misterio de las cosas, ¿dónde está?

¿Dónde está que no aparece

al menos a mostrarnos que es misterio?

¿Qué sabe el río y que sabe el árbol

y yo, que no sé más que ellos, qué sé de esto?

Siempre que miro las cosas y pienso en lo que

/piensan de ellas los hombres,

río como un arroyo que suena fresco en la piedra.

Porque el único sentido oculto de las cosas

es que no tienen ningún sentido.

Más extraño que todas las extrañezas

y los sueños de todos los poetas

y los pensamientos de todos los filósofos,

es que las cosas sean realmente lo que parecen

y no haya nada que comprender.



Sí, he aquí lo que mis sentidos aprendieron solos:

las cosas no tienen significado; tienen existencia.

Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.





(Poema extraído de POEMAS. Selección, traducción y prólogo de Marcelo Cohen. Editorial Losada)







Me quedo pasmado cuando termino algo. Me quedo pasmado y desolado. Mi instinto de perfección debería impedirme acabar; debería impedirme incluso empezar. Pero me distraigo y obro. Lo que obtengo es un producto que no resulta de la aplicación de mi voluntad, sino de una consesión que ella hace de sí misma. Empiezo porque no tengo fuerza para pensar; termino porque no tengo alma para interrumpir. Este libro es mi cobardía.


(Fragmento del LIBRO DEL DESASOSIEGO: compuesto por Bernardo Soares, auxiliar de tenedor de libros en la ciudad de Lisboa. Traducción de Santiago Kovadloff. Emecé Editores)

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